Este cuento fue escrito por Alejandra Moffat en la Ciudad de México en 2017.


«Alison no quiere dedicarse a trabajar de costurera en el barrio Patronato con sus abuelos. Tampoco quiere irse persiguiendo a un hombre, como su madre. Tampoco quiere estampar poleras ni tazones, ni tener hijos, como sus vecinas. Ella quiere aprender inglés y, de a poco, ir borrando algunos rastros chinos de su existencia. Los chilenos no distinguen un chino de otro chino, un colombiano de otro colombiano, un haitiano de otro haitiano, un peruano de otro peruano. Para ellos todos somos lo mismo. Un conjunto de miserables que tenemos que limpiar y atenderlos mientras ellos deambulan por la vida quejumbrosos, piensa Alison los días que se siente cansada de que no la saluden.»