Sangría Editora / Sangria Legibilities

DIARIO ÍNTIMO EDITORIAL

15 de julio de 2015

UNA TARDE ENTRE EL SOL INDUSTRIAL, LA CELEBRACIÓN DE SANGRÍA LEGIBILITITES EN NUEVA YORK

En el 319 de la calle Grand, justo donde empieza Chinatown en la ciudad de Nueva York, los paseantes nos encontramos con una puerta metálica, pintada de gris opaco. Ni las vallas ni los trabajos ni el timbre parecen indicar que en esa locación se encuentra la Y Gallery, una de las galerías que representa un sector emergente del arte latinoamericano desde Estados Unidos. Unas escaleras interminables llevan por un pasillo industrial hasta otra puerta del mismo estilo. El sábado 11 de julio a las 4 p.m., las puertas están abiertas y nos recibe de lleno la celebración organizada por Legibilities, el sello neoyorquino de Sangría Editora, creada en 2008 por los escritores chilenos Mónica Ríos y Carlos Labbé. El calor que embarga ese quinto piso es apenas aplacado por abundante vino espumante o un Malbec y los ritmos envolventes de DJ RataPrincess, el pseudónimo de Carolina Alonso Bejerano, quien es también parte del colectivo editorial junto a Ríos, Labbé y el comiquero Peter Quach. Al lado, nos informan que esta es una fiesta para juntar fondos con el objetivo de imprimir y distribuir en Estados Unidos los primeros cuatro libros en traducción de esta editorial: La misma nota, forever, de Iván Monalisa Ojeda; El libro de la letra A, del portorriqueño Ángel Lozada; La han despedido de nuevo, de la salvadoreña Claudia Hernández, y Not in our name, un libro de autoría colectiva contra el financiamiento de Estados Unidos a la ocupación del territorio palestino. Dos de los autores están ahí: Monalisa va a hacer una performance, y el santero Lozada ofrece lecturas de las cartas del tarot.

 

Foto 25 - Carolina Alonso, Mónica Ríos, Peter Quach, Carlos Labbé y audiencia - foto de María Gracia Donoso

 

De derecha a izquierda: Carolina Alonso, Mónica Ríos, Peter Quach y Carlos Labbé

Foto de María Gracia Donoso

 

Las paredes de la galería exhiben los trabajos de la artista chilena Manuela Viera-Gallo; en medio, una escultura compuesta por unas estacas filosas hace circular a los asistentes con cuidado. En el recorrido, se encuentran con la artista María Gracia Donoso y el fotógrafo Camilo Fuentealba registrando el inicio de la programación. Después de unas palabras de Ríos, comienza la performance de Francisca Benítez, quien recita cuatro poemas en décimas ocupando el espacio alrededor de la escultura. La audiencia, tan variada, escucha sus ritmos, sus rimas y la pronunciación de Benítez con nostalgia por la cultura popular chilena. Esa performance literaria da paso a la lectura de cinco escritores. Comienza Charlie Vásquez, escritor portorriqueño del Bronx y coordinador en NY del Festival de la Palabra, que lee un cuento de género vampiresco en inglés. Lo sigue Claudia Salazar, escritora peruana, quien apela a nuestra erudición, reescribiendo a Kafka desde el sur. Continúa Dinapiera Di Donato, escritora venezolana, quien, sentada sobre una kafiyya, lee sobre los inmigrantes, el trabajo y el dinero. Completan el programa literario, los mismos Carlos Labbé y Mónica Ríos, el primero con una lectura de la novela que está escribiendo titulada Libro de espuma, sobre el viaje de un hombre al trabajo en el subway neoyorquino mientras narra la vida cotidiana de su madre en Chile. Ríos, por su parte, lee un extracto de un cuento sobre galerías, ojos y piezas corporales exhibidas titulado “Instrucciones para el ojo”. Un final literario que apela a la audiencia, una bisagra que reflexiona sobre el cruce de la literatura y el arte, en mismo tenor en que experimentamos este evento.

 

Foto 14 - Francisca Benítez - foto de Camilo Fuentealba Foto 19 - Charlie Vásquez - foto de Camilo Fuentealba Foto 20 - Claudia Salazar - foto Camilo Fuentealba Foto 21 - Dinapiera Di Donato - foto de Camilo Fuentealba

Francisca Benítez, Charlie Vásquez, Claudia Salazar y Dinapiera Di Donato. Fotos de Camilo Fuentealba

 

El programa continúa con las performances, introducidas por su curadora, Florencia San Martín, historiadora del arte y colaboradora de las revistas ArtNexus y Artishock. La artista Claudia Bitrán en su performance adapta una escena de la película Titanic donde la protagonista comenta irónicamente las obras de Picasso, Manet y otros pintores del siglo 19 y 20 reproducidas por la misma artista. Luego, la entrada al espacio de exhibición de Iván Monalisa Ojeda es precedida por una grabación de audio a dos voces masculinas que leen cartas que se mandan entre ellos. Con las evocadoras palabras “¿qué sucedió con ese niño rubio y un poco regordete…?”, Iván Monalisa entra vestida como un ángel hardcore: sus alas hechas de hojas de maíz por Sabrina Kales, un corset negro, medias negras y unos zapatos de tacón trasparente. Así, se pasea teatralmente entre la audiencia.

 

Foto 24 - Carlos Labbé leyendo - foto de Camilo Fuentealba Foto 27 - Claudia Bitrán - foto de Camilo Fuentealba Foto 36 - Iván Monalisa Ojeda - foto de Camilo Fuentealba

 Carlos Labbé, Claudia Bitrán e Iván Monalisa Ojeda. Fotos de Camilo Fuentealba

 

Después de eso, acalorados y con varias copas de vino en el cuerpo, la audiencia comienza a escuchar los sonidos psicodélicos del dúo chileno-mexicano HD XD, parte de la camada de músicos del sello Ponk, dirigido por el músico Sokio y secundado por Francisca Molina. HD XD, conformado por Héctor Llanquín y Delia Beatriz, trae a la galería sonidos industriales creando armonía con los paisajes que se observan por la ventana. DJ RataPrincess cierra la celebración y deja a todos con ánimo de seguir la fiesta. Y la fiesta continúa: quienes tenemos más energía subimos al rooftop a ver cómo baja el sol entre las cúspides y depresiones del skyline neoyorquino. Así termina el festejo de Sangría Legibilitites; bajo el nombre de “4 Dangerous & Immigrant Books” y con la fuerza de una comunidad, nos acaba de ofrecer un atisbo a la ardiente escena de artistas latinoamericanos neoyorquinos.

 

Foto 7 - HDXD y Ponk Delia Beatriz, Héctor Llanquín, Francisca Molina y Sokio - foto de Camilo Fuentealba Foto 29 - audiencia - foto de Camilo Fuentealba Foto 54 - Monalisa, Sabrina y Pamela Palacios - foto de María Gracia Donoso

Delia Beatriz y Héctor Llanquin de HD XD con Francisca y Sokio de Ponk, público y rooftop. Fotos de Camilo Fuentealba y María Gracia Donoso

 

 

07 de julio de 2015

4 DANGEROUS & IMMIGRANT BOOKS – A FUNDRAISING PARTY for SANGRÍA LEGIBILITIES

Saturday, July 11, 2015 / Y Gallery, 319 Grand St, 5th floor, NY 10002 / The event is free.

Sangría Legibilities is a non-profit independent imprint that publishes books in translation. In June 2015 we started a crowdfunding campaign to print our first round of novels and short stories by Latin American writers. We are celebrating the end of our campaign with a party and a killer program.

 

4 D&I - BACK

 

Sangría Legibilities

The story of Sangria Legibilities begins 7 years ago. In 2008, Chilean writers Carlos Labbé and Mónica Ríos taught literature and scriptwriting, they were proliferate researchers, experienced publishers, and on the road to publishing their first novels. They were hanging out in their kitchen, jobless and dissatisfied with the literary scene in Chile, when they decided to start their own publishing house to give circulation to all those novels that get lost in the history of Chilean literature because rich publishers won’t even look at books without a big fat check between their pages. Having beers with visual artist Joaquín Cociña, Sangría Editora was born. In 2010, Martín Centeno became part of the editorial team.

Labbé and Ríos arrived in the United States in 2010, following a scholarship Ríos earned for a Ph.D. program in Spanish at Rutgers University, New Brunswick, right after publishing her first novel Segundos. That same year, Carlos Labbé was recognized as one of the best young Latin American writers by Granta Magazine, as he had just published his third novel in Spain. In 2013, they moved to New York City, where they became a part of a growing community of Latin American artists. They soon found themselves with a bunch of different and rare novels in their hands. Adding to the independent publishers and translators in the US, where Labbé had already published his novel Navidad & Matanza (Open Letter, 2013), these Chilean authors created a non-profit organization called Sangría Legibilities, convinced that Latin American writers are more than informants or representatives of a minority.

Sangría Legibilities has a similar spirit to its sister imprint in Chile: it functions as a collective ––­­in addition to Ríos and Labbé, Legibilities is composed of feminist intellectual and translator Carolina Alonso Bejarano and comic book artist and designer Peter Quach–– and has different collections focused on novels, short stories, and political texts with rare textualities. Sangría aims to show another face of Latin America: Sangría, as we know, is a drink, but is also the word used in Spanish to call the old and senseless therapy of bleeding out illnesses, the inside of an arm, and, yes, indentation.

In September, Sangría Legibilities will release its first books in translation: Chilean Iván Monalisa Ojeda’s short stories, La Misma Nota, Forever, on transvestite Latina sex workers in Manhattan, translated by Professor Marc Brudzinski; The Book of the Letter A, a Bronx santero manifesto by Portorrican writer Ángel Lozada; and They Fired Her Again, a short novel on an the hardships of living in New York City with no papers, by Claudia Hernández, from El Salvador, translated by Aarón Lacayo. Sangría Legibilities launched a crowdfunding campaign to finance the publication of these works (www.gofundme.com/sangria), which will close with a party at Y gallery: three hours of intense readings and performances by Latin American writers, artists, and musicians, all in celebration of bringing these Latin American voices to a wider audience.

 

The writers

Claudia Salazar was born in Lima, Perú. She is a Ph.D. in Spanish at NYU. Her short stories have appeared in several international anthologies. In 2013, she published her first novel La sangre de la aurora, which received the Premio Las Américas. She is currently writing a novel for young adults.

Carlos Labbé was born in Santiago de Chile in 1977. He is the author of the novels Libro de plumas (2004), Navidad y Matanza (2007), Locuela (2009), Piezas secretas contra el mundo (2014) and La parvá (2015). He also wrote short stories published under the name Caracteres blancos (2010). Two of his novels have been translated into English by Open Letter: Navidad & Matanza (2014), and Loquela (upcoming 2015). He is also the author of the hypernovel Pentagonal: incluidos tú y yo (2001).

Dinapiera Di Donato was born in Caracas, Venezuela, and now lives in New York where she teaches Spanish and French. She has an M.A. in Hispanic American literature in París VIII (France), and she earned a Ph.D. from CUNY. She is the author of Noche con nieve y amantes (1991), La sonrisa de Bernardo Atxaga (1995), Libro de Rachid avenida Paul Doumer (1996), La Sorda (2011), Colaterales/Collateral (2013) and Contar Aristeguieta (2013).

Charlie Vásquez is an author, the director of the Bronx Writers Center, and the New York City coordinator for Festival de la Palabra de Puerto Rico. He was born and lives in the Bronx.

Mónica Ríos was born in Santiago de Chile in 1978. She is the author of the twin novels Alias el Rocío / Alias el Rucio (2014-2015), and Segundos (2010). She has published short-stories in several Latin American anthologies and magazines. Ríos teaches literature, creative writing, and is now writing her doctoral dissertation.

Ángel Lozada was born in Mayagüez, Puerto Rico. He is the author of the novels La patografía (1998), No quiero que me dejes sola y vacía (2006) and The Book of the Letter A, which is being funded by this event. Lozada is also an initiated santero and will participate in the event reading tarot cards.

 

The artists: Three New York-based artists who share living experiences in Chile will present their works, implementing by different means interactions between language, text, and the body. Francisca Benitez will present algunas décimas, poems written in a tradition of popular literature in both Chile and Latin America. Claudia Bitran’s There’s Truth but no Logic reenacts a scene from the blockbuster film, Titanic, in which Rose is commenting on late 19th century and early 20th century masterpieces from her art collection. The artist puts in tension issues related to reproduction, timing, and cultural imaginary. Finally, writer and performance artist Ivan Monalisa Ojeda will address gender issues in relation to memory and social media, conducting a dramatic yet spontaneous dialogue between the transvestite body, audio recording, and acting.

Claudia Bitrán was born in Boston in 1986 and moved to Santiago, Chile, at the age of seven. In 2009 she graduated from the B.F.A. program at the Pontificia Universidad Católica de Chile, exhibiting later in venues such as the Museum of Contemporary Arts Quinta Normal, Balmaceda 1215, the Museum of Visual Arts, and Matucana 100, among others. Between 2011 and 2013 she attended the M.F.A. painting program at Rhode Island School of Design, and in 2014 she was a resident at Skowhegan School of Painting and Sculpture and at Bemis Center for Contemporary Arts. She lives and works in Brooklyn.

Francisca Benítez was born in 1974 and grew up in the Maule region in Chile. She received her B.A. in architecture from Universidad de Chile in 1998, and in 2006 she graduated from the M.F.A. program at Hunter College, City University of New York. Recent solo exhibitions have been featured at Cuchifritos Gallery + Project Space, New York (2014); Museo de Artes Visuales, Santiago, Chile (2013); Die Ecke, Santiago, Chile (2011); and Nada.Lokal, Vienna, Austria (2009). Benítez has received several grants, such as FONDART (Chile, 2006), Lambent Fellowship (Tides Foundation, New York, 2006), New York State Council on the Arts (Nueva York, 2007) and Beca AMA (Santiago, 2012). She lives and works in New York since 1998.

Iván Monalisa Ojeda was born in Llanquihue, Chile, in 1966. He received a B.A. in Theater from Universidad de Chile in 1993, where he worked as a teaching assistant of the prominent director Fernando Gonzalez. He made several performances during the early 1990s in Chile, such as Alexina; a group show, featuring Carmen Berenguer, Virginia Errázuriz, Eduardo Cáceres, and Magali Rivano in 1992; Reflejo Interferido, performed in 1993 at Rubén Darío fount in downtown Santiago; and Llanquihue-Santiago, made in 1994 at Plaza de Armas, Santiago. In 1995 he moved to New York, where he first stayed at the New York Dramatist School. Since then Monalisa has made several performances. In 2014 Monalisa published his first book, La Misma Nota Forever (2014). The translation of this book will be published by Sangría Legibilities in September.

Florencia San Martín is a doctoral student in Art History at Rutgers University, where she focuses on Latin America contemporary art and the history of photography. San Martín is a regular contributor for Art Nexus and Artishock, and she has also contributed to Sismopolite and Arte y Crítica. As an art curator, she has organized shows such as The wood, the coal and the paint at Reverse Gallery in New York in 2012; and the Pop Up Space show at the Chilean Art Fair (ChACO) in 2014. Originally from Santiago, where she taught art history and photography from 2008 to 2012, San Martín currently lives in New York, where she is working on her dissertation on Chilean born, New York-based artist, Alfredo Jaar.

 

The musicians

HD XD is a chilean-chicano electronic duo made up by artists Hector Llanquin & Delia Beatriz, currently based in Brooklyn. They create a style of noise dance music heavily influenced by machines, the industrial city and networks. A live electronic act that incorporates sampling, male and female vocals, and minimal synth lines on various drum machines through analog and digital sequencers, which renders an EBM-industrial-latino techno monster that evokes a new era of psychedelics. Hear their music and find pics: http://www.hdxd.biz

DJ RataPrincess is a lover of intense, contagious dance grooves and feel-good atmosphere. A Colombian vagabond, she blends South American beats with a wide spectrum of musical genres from around the world. Ranging from hypnotic synth work and ethereal backdrops to soul-opening house beats and top 40 songs, her mixes have filled dance floors in New York City, Bogotá and Goa.

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4 D&I - front
 
 

Sangría Legibilities es una editorial independiente sin fines de lucro que publica libros en traducción al inglés y los distribuye en Estados Unidos. En junio de 2015 empezamos una campaña de crowdfunding con el objetivo de imprimir nuestra primera camada de novelas y cuentos de escritores latinoamericanos. El sábado celebramos la finalización de nuestra campaña con un intenso programa de performances y lecturas.

La historia de Legibilities comienza hace 7 años. En 2008, los escritores chilenos Carlos Labbé y Mónica Ríos enseñaban literatura y hacían talleres de guión; además, eran prolíficos investigadores, experimentados editores y estaban publicando sus primeras novelas. Un día estaban en la cocina de su casa, sin trabajo y poco satisfechos con la escena literaria en Chile, y decidieron crear su propia editorial con el objetivo de dar circulación a todas aquellas novelas que se pierden en la historia de la literatura chilena debido a que los editores adinerados ni siquiera miran los libros que no traen un cheque entre sus páginas. Tomando cervezas con el artista visual Joaquín Cociña, nació Sangría Editora. Más tarde se sumó Martín Centeno al equipo editorial.

Labbé y Ríos llegaron a los Estados Unidos en 2010, por una beca que Ríos obtuvo para un programa de doctorado en la Universidad de Rutgers, New Brunswick, justo después de la publicación de su primera novela Segundos. Ese mismo año, Carlos Labbé fue reconocido como uno de los mejores jóvenes escritores latinoamericanos por la revista Granta y acababa de publicar su tercera novela en España. En 2013, se trasladaron a Nueva York, donde formaron parte de una creciente comunidad de artistas latinoamericanos. Pronto, tenían en sus manos un montón de novelas únicas y raras. Para sumarse a la escena de editores independientes y traductores en los Estados Unidos, donde Labbé ya había publicado su novela Navidad & Matanza (Open Letter, 2013), estos autores chilenos crearon una organización sin fines de lucro llamada Sangría Legibilities, convencidos de que los escritores latinoamericanos son mucho más que informantes o representantes de una minoría.

Sangría Legibilities tiene un espíritu similar a su hermana en Chile: funciona como un colectivo ––además de Ríos y Labbé, Legibilities son también la intelectual feminista y traductora Carolina Alonso Bejarano y el diseñador y comiquero Peter Quach–– y tiene diferentes colecciones centradas en novelas, cuentos y textos políticos; el hilo común es su textualidad inusitada. Sangría quiere mostrar otra cara de América Latina en Estados Unidos: sangría, como sabemos, es una bebida, pero también se usa para llamar a la vieja práctica de desangrar a los enfermos; designa también el interior de un brazo así como el margen al inicio de cada párrafo.

En septiembre, Sangría Legibilities publicará sus primeros libros en traducción al inglés: los cuentos del chileno Iván Monalisa Ojeda, La misma nota, forever, sobre trabajadoras sexuales latinas en Manhattan, traducido por el profesor Marc Brudzinski; El libro de la letra A, un manifiesto santero del escritor portorriqueño Ángel Lozada; y La han despedido de nuevo, una novela corta sobre la vida sin papeles en Nueva York, de la salvadoreña Claudia Hernández, traducido por Aarón Lacayo. Sangría Legibilities comenzó una campaña de crowdfunding para financiar la publicación de estas obras (www.gofundme.com/sangria), que se cerrará con una fiesta en Y gallery: tres horas de intensas lecturas y performances de escritores, artistas y músicos latinoamericanos, para llevar estas voces de América Latina a un público más amplio.

 

Los escritores

Claudia Salazar nació en Lima, Perú, y es doctora en literatura latinoamericana por NYU. Sus relatos breves han aparecido en diversas antologías internacionales. En 2013 publicó su primera novela La sangre de la aurora, que recibió el Premio Las Américas de narrativa. Actualmente prepara una novela juvenil de tema histórico.

Carlos Labbé nació en Santiago de Chile en 1977. Es autor de las novelas Libro de plumas (2004), Navidad y Matanza (2007), Locuela (2009), Piezas secretas contra el mundo (2014) y La parvá (2015), además del cuentario Caracteres blancos (2010). Dos de sus novelas han sido traducidas al inglés: Navidad & Matanza (2014) y Loquela (upcoming 2015). Es también el autor de la hipernovela Pentagonal: incluidos tú y yo (2001).

Dinapiera Di Donato nació en Caracas, Venezuela, y vive en Nueva York donde enseña español y francés. Tiene un máster en literatura hispanoamericana por París VIII (Francia), y obtuvo su doctorado en CUNY. Es la autora de Noche con nieve y amantes (1991), La sonrisa de Bernardo Atxaga (1995), Libro de Rachid avenida Paul Doumer (1996), La Sorda (2011), Colaterales/Collateral (2013) y Contar Aristeguieta (2013).

Charlie Vásquez es escritor, director del Bronx Writers Center y coordinador en Nueva York del Festival de la Palabra de Puerto Rico. Nació y vive en el Bronx.

Mónica Ríos nació en Santiago de Chile en 1978. Es la autora de las novelas gemelas Alias el Rocío / Alias el Rucio (2014-2015) y de Segundos (2010). Cuentos suyos han aparecido en diversas revistas y antologías latinoamericanas y europeas. Ríos enseña literatura, escritura creativa, y actualmente está escribiendo su tesis doctoral.

Ángel Lozada nació en Mayagüez, Puerto Rico. Es el autor de las novelas La patografía (1998), No quiero que me dejes sola y vacía (2006) y El libro de la letra A, cuya publicación está siendo fuinanciada por este evento. Lozada es también un iniciado en la santería y participará leyendo las cartas del tarot.

 

Las artistas: Tres artistas que comparten experiencias de vida en Chile y Nueva York presentarán performances que implementan, mediante distintos medios, interacciones entre el lenguaje, el texto y el cuerpo. Francisca Benítez presentará algunas décimas, poemas escritos en la tradición de la literatura popular tanto en Chile y América Latina. Claudia Bitrán en There’s Truth but no Logic recreará una escena de la película Titanic en la que Rose comenta obras maestras de finales del siglo 19 y principios del siglo 20 de su colección, poniendo en tensión problemas relacionadas con la reproducción, el tiempo y el imaginario cultural. Por último, el escritor y performer Iván Monalisa Ojeda abordará las cuestiones de género en relación con la memoria y los medios, a través de un diálogo dramático, pero también improvisado, entre el cuerpo travesti, la grabación de audio y la actuación.

Francisca Benítez nació en Chile en 1974 y creció en la región del Maule. Obtuvo su licenciatura de la Universidad de Chile en 1998, y en 2006 se graduó de un programa de master en Hunter College, de la City University of New York. Sus muestras individuales se han exhibido en Cuchifritos Gallery + Project Space, Nueva York (2014); Museo de Artes Visuales, Santiago de Chile (2013); Die Ecke, Santiago de Chile (2011); y Nada.Lokal, Viena, Austria (2009). Benítez ha recibido varias becas, como FONDART (Chile, 2006), Lambent Fellowship (Tides Foundation, Nueva York, 2006), New York State Council on the Arts (Nueva York, 2007) y Beca AMA (Santiago, 2012). Vive y trabaja en Nueva York desde 1998.

Iván Monalisa Ojeda nació en was Llanquihue, Chile, en 1966. Obtuvo su licenciatura en teatro en la Universidad de Chile en 1993, donde trabajó como ayudante del prominente director Fernando González. Hizo varias performances en Chile, como Alexina; un show grupal, interpretado por Carmen Berenguer, Virginia Errázuriz, Eduardo Cáceres y Magali Rivano en 1992; Reflejo Interferido, performance en la fuente Rubén Darío del Parque Forestal de Santiago en 1993; y Llanquihue-Santiago, realizada en 1994 en la Plaza de Armas de Santiago. En 1995 se mudó a Nueva York, donde hizo una residencia en la New York Dramatist School. Desde entonces, ha realizado varias performances. En 2014, Monalisa publicó su primer libro de cuentos, La misma nota, forever (2014). La traducción de este libro será publicado por Sangría Legibilities en septiembre.

Claudia Bitrán nació en Boston en 1986 y se mudó a Santiago de Chile a los siete años. En 2009, se licenció en arte en la Universidad Católica de Chile. Ha mostrado sus obras en el Museo de Arte Contemporáneo de la Quinta Normal, Balmaceda 1215, el Museo de Artes Visuales y Matucana 100, entre otros. Entre 2011 y 2013, hizo un master en el programa de pintura en el Rhode Island School of Design y en 2014 fue una de las residentes de la Skowhegan School of Painting and Sculpture y en Bemis Center for Contemporary Arts. Vive y trabaja en Brooklyn.

Florencia San Martín es una candidata a doctora en historia del arte en Rutgers University. Su investigación se enfoca en arte contemporáneo latinoamericano y la historia de la fotografía. San Martín contribuye regularmente en Art Nexus y Artishock; también ha escrito para Sismopolite y Arte y Crítica. Como curadora, ha organizado las muestras The wood, the coal and the paint en Reverse Gallery, Nueva York (2012) y la muestra Pop Up Space en la feria Ch.ACO en 2014. Nacida en Santiago, donde enseñó historia del arte y fotografía entre 2008 y 2012, San Martín actualmente trabaja en su tesis doctoral sobre el artista chileno residente en Nueva York, Alfredo Jaar.

 

Los músicos

HD XD es un dúo chileno-chicano conformado por los artistas Héctor Llanquín y Delia Beatriz. Actualmente viven en Brooklyn. Su música es una mezcla de noise dance con fuertes influencias de los sonidos de las máquinas, la ciudad industrial y las redes. Su performance electrónica incorpora sampling, voces masculinas y femeninas así como líneas de sintetizadores minimalistas sobre varios drum machines a través de secuenciadores análogos y digitales. El resultado es un engendro tecno EBM-latino-industrial que evoca una nueva era de la psicodelia. Escucha su música y encuentra fotos en: http://www.hdxd.biz

DJ RataPrincess es una experta en sonidos bailables intensos y atmósferas placenteras. Colombiana de nacimiento, vagabunda por vocación, RataPrincess mezcla ritmos sudamericanos con un amplio espectro de géneros musicales de todo el globo. Desde el hypnotic synth con fondos etéreos hasta house beats con sonidos soul, sus mixes han animado las pistas de baile en Nueva York, Bogotá y Goa.

 

 

 

16 de septiembre de 2014

Not in Our Name: contra la ayuda de los Estados Unidos a la masacre en Gaza

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Mientras el número de muertos en Gaza sigue aumentando –aun durante los alto al fuego–, por todo Estados Unidos miles de personas están saliendo a las calles para apoyar a la gente de Palestina con pancartas que dicen Not in Our Name.

Sin embargo, hasta la fecha Estados Unidos ha financiado a Israel con 121.000 millones de dólares, haciéndolo el mayor receptor de ayuda estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial. Sólo durante este año el Congreso de Estados Unidos otorgó a Israel 3.100 millones de dólares solicitados por el presidente Barack Obama, así como otros 504 millones para el financiamiento del programa anti-bombas israelí “Iron Drone”, y para el sistema anti-misiles desarrollado conjuntamente por Israel y Estados Unidos. Más aun, siguiendo su larga tradición de oponerse a las resoluciones de la ONU contra la ocupación de tierras palestinas, Estados Unidos fue el único país que votó en contra de la resolución de Naciones Unidas del pasado 22 de julio, que llamó a detener el actual asedio en Gaza. Los palestinos están siendo masacrados con el dinero de nuestros impuestos y con nuestro apoyo político. Esto ocurre, por lo tanto, en nuestro nombre.

Como respuesta a esta situación, durante julio y agosto de 2014 lanzamos un llamado abierto por medio de correo electrónico y redes sociales invitando a alzar la voz contra la política internacional de los Estados Unidos y a enviarnos una página o menos en forma de un ensayo corto, un libelo, una crónica, un cuento, un poema, un cómic, o cualquier otro tipo de texto o forma artística. Además, recolectamos declaraciones, escritos y discursos de artistas e intelectuales que se han opuesto a la ocupación israelí apoyada por Estados Unidos, sumando las respectivas traducciones cuando estuvieran disponibles. Esta es la publicación colectiva de todo ese material. O descárgalo directamente aquí.


As the death toll rises in Gaza –even during the cease-fires– thousands across the United States are going out on the streets in support of the people of Palestine under the banner of Not in Our Name.

However, to date, the United States has provided Israel $121 billion (not adjusted for inflation), making it the largest cumulative recipient of U.S. foreign assistance since World War II. This year alone, Congress provided Israel the full $3.1 billion request issued by President Barack Obama, and $504 million more in funding for their Iron Dome anti-rocket system and for the joint U.S.-Israel missile defense systems. Moreover, following a long tradition of opposing U.N. resolutions against the further occupation of Palestinian lands, the U.S. was the sole country to vote against the July 22nd U.N. resolution calling for an end to the siege in Gaza. People are being massacred in Palestine with our tax money and our political support. It is, in fact, in our name.

In response to this, during July and August 2014 we launched an open call through email and social media inviting people to speak up against U.S. foreign policy and submit one page or less in the form of a short essay, chronicle, story, poem, comic, or any other kind of text or art form. In addition to this, we collected the statements, writings and speeches of various artists and public intellectuals opposed to the U.S. backed Israeli occupation of Palestine, and including the translations whenever possible. This is the collective publication of all that material. Otherwise, download it right here.

 

 

Not in Our Name - Convocatoria

Esta fue la convocatoria para participar en nuestro libro

 

 

 

 

03 de junio de 2014

Últimos días de nuestra primera campaña de impresión colectiva de libros

Lectoras y lectores,

 

Queremos invitarles a participar en la impresión colectiva de dos nuevos libros de Sangría Editora, comprándolos en verde –en rojo sangría, si no connotara otra cosa en finanzas–: se trata de la nueva novela de Antonio Gil, Apache, que narra las andanzas de Buenaventura Durruti en Chile; también la reedición de la perdida y alucinada novela Bagual, de Felipe Becerra.

Es muy simple: adelanten la compra a un precio más bajo que en librerías y recibirán su ejemplar apenas imprimamos. De este modo también estarán colaborando para que podamos seguir llegando en papel a los anaqueles de las librerías chilenas. Además, les ofrecemos otras propuestas de participación para este financiamiento colaborativo, que incluyen material inédito de los autores y otros libros de nuestro fondo.

¡Quedan poquitos días de campaña!

Encuentren más información de los libros y sobre cómo participar acá:

 

Proyecto de impresión colectiva para Bagual, de Felipe Becerra, en Idea.me 

 

Proyecto de impresión colectiva para Apache, de Antonio Gil, en Idea.me 

 

El diario electrónico chileno El Mostrador publica hoy este artículo al respecto.

Ante cualquier duda nos contactan nomás.

Abrazos,

 

Los editores sangrientos

 

31 de mayo de 2014

En respuesta al Manifiesto de la ODEI (Observatori degli Editori Independenti)

Foto de Barbara Brinkmann.

Foto de Barbara Brinkmann.

 

Lea el original del Manifiesto de la ODEI.

Versión en castellano de España.

 

Estimados ODEI,

 

Leí su manifiesto desde América (la Latina y la Anglosajona), donde trabajo y vivo. Soy escritora y también editora chilena que trabaja en Nueva York y Santiago de Chile, y publico allá y en Centroamérica. Me pareció un manifiesto interesante, si bien especializado en su realidad política, lo que me parece acertado. Sin embargo, esa localización que utilizan refleja su poco conocimiento de los que ustedes llaman “Tercer Mundo” contra lo cual ustedes miden la miseria de su situación. Por eso les escribo. Para informarles sobre su desconocido “Tercer Mundo”.

El “Tercer Mundo” es una denominación hecha por administradores financieros para definir espacios de mercado naturales para sus productos en relación de hegemonía. Utilizan unidades de medición que salen de los países del norte y que no se ajustan a las realidades de los países del sur. La manera en que utilizan las palabras “Tercer mundo” denota su miedo a convertirse en lo que ustedes son, utilizando una fantasía creada por los Rockefeller y sus economistas. Pues yo, que vivo en Estados Unidos y he estado trabajando múltiples veces en países de la pequeña Europa, les puedo decir que esa división entre naciones no existe más que en la fantasía de la gente que ustedes mismos están criticando. Es decir, ustedes están replicando el lenguaje del poder que quieren criticar; han integrado el lenguaje de su enemigo. Por otra parte, cuando se refieren al “Tercer mundo” suena muy similar al miedo de “lo otro” que siempre ha experimentado Europa; tomen como ejemplo la denominación de “lo bárbaro”. Como ha demostrado la historia, lo bárbaro ha estado muy presente entre quienes así lo denominan; así, por lo menos, lo demuestra su miedo a la “tercermundialización” de Italia.

En términos particulares, los países de este “Tercer mundo” americano están, hace ya bastantes años, replanteándose su relación con este mercado de ansias neocolonizadoras, y explorando sus propios ejes culturales desde sus propias categorías. Para darles un ejemplo: la edición en Cuba es una industria poderosa, en ella aun hoy confluye parte de la producción intelectual latinoamericana. La industria de las editoriales independientes en Argentina es potente, fuerte y una de las más interesantes del mundo por su calidad y diversidad. Las editoriales independientes en Chile son múltiples, y se sostienen no solo por el Estado, sino también por un público lector altamente político. En Ecuador, la reforma a las universidades provocó la emergencia de una serie de editoriales independientes que están planteando nuevas coordenadas para pensar qué es la cultura para las comunidades indígenas. En Bolivia, la política del libro también se reestructuró en consonancia con las reformas culturales indígenas. En Brasil, la industria de las editoriales independientes es grandiosa y se sostiene por sí misma, con uno de los públicos lectores más amplios y sólidos. En Costa Rica, las editoriales independientes están reformando la manera de intercambiar libros en Centroamérica. México –do I even have to say it– tiene una de las producciones literarias, intelectuales e editoriales más ricas del mundo; sus ferias son masivas y tan populares que acude gente de todos los estratos sociales y origen étnico, además de ser un punto de encuentro de la edición en español.

Por eso les escribo. Como editora, escritora e intelectual, les sugiero que vayan más allá de categorías que celebran un pasado colonialista/neocolonialista. Si ustedes están pidiendo que se piense su Estado y las políticas culturales desde otro punto de vista, ustedes también deben definir su acción en modalidades de pensamiento que descentren sus ejes de poder, muchos de los cuales están en desuso justamente por los cambios de las estructuras económico-culturales.

Yo leí su manifiesto en italiano, espero que ustedes puedan leer esto en español.

Un saludo fraterno,

 

Mónica Ríos

Coeditora

Sangría Editora

 

13 de julio de 2013

Un accidente de buen augurio en plena población Arauco: lanzamiento de la TRILOGÍA NORMALISTA

Ruta patrimonial Sepúlveda Leyton 7 - Claudio Zunino y Sangría

 

El lanzamiento de la Trilogía Normalista de Carlos Sepúlveda Leyton fue durante un soleado domingo 5 de mayo de 2013. Comenzó en una esquina. Partiendo por eso todo podía pasar. Y de hecho pasó. Minutos antes de dar comienzo a la actividad, a gran velocidad un taxi pasó a llevar a un auto,  éste se desvió hasta subirse a la vereda, arrasó un quiosco de dulces y terminó incrustado en la entrada del metro. La invitación al lanzamiento decía «11 horas, entrada del metro Rondizzoni». Algunos asistentes tuvieron que correr para esquivar el choque.

¿Por qué hacer el lanzamiento de un libro en la calle? ¿Por qué si en la calle hay accidentes, robos, protestas? La respuesta siempre estuvo clara, aunque el choque haya demostrado los peligros: porque Carlos Sepúlveda Leyton se crió en la calle y su narrativa sucede en ella. Y creció justo ahí, en las cercanías de la Penitenciaría, el parque O’Higgins, el barrio Matadero, hoy conocido como barrio Franklin. Hacer el lanzamiento recorriendo sus calles no sólo era hacerle honor a su origen de niño pobre, de escritor del mundo popular. Era también buscarlo a él, seguir sus pisadas, mirar lo que él miró. Era leer su narrativa desde el presente.

Nos guiaron en esa búsqueda algunos guías de Cultura Mapocho, grupo de investigadores del patrimonio urbano de Santiago que lleva diez años trabajando de una manera que calzaba con este lanzamiento: convocan un domingo al mes en una esquina, esperan que llegue gente y con un megáfono cuentan la historia del lugar. No hay inscripción ni pago, sólo ganas de caminar y aprender sobre la ciudad que habitamos algunas veces sin conocer.

Cultura Mapocho nos esperaba en la esquina –en la esquina del accidente– listos para empezar a caminar. Participaron aproximadamente cincuenta personas, muchas de ellas, para nuestra sorpresa, familiares del autor santiaguino que murió en 1941. De sus cuatro hijas vivas llegaron las cuatro, con sus más de setenta años a cuesta; calzaban zapatos cómodos para caminar. Recorrimos por dos horas los barrios del autor, conociendo su biografía, transitando sus calles y aprendiendo la historia de los años en que fue profesor normalista, dirigente gremial de la Asociación General de Profesores y escritor de las tres novelas que esta edición de Sangría compila y que pueden también ser leídas de forma autobiográfica.

El recorrido terminó en la calle Carlos Sepúlveda Leyton, en plena población Arauco, un conjunto habitacional obrero de mediados del siglo XX conformado por varios edificios con escalera de caracol. La gente miraba con asombro ese pequeño oasis ubicado a pocos minutos del centro de la ciudad. Mi tío, quien ha vivido sesenta años en Santiago, nunca había visitado este lugar. Al centro del pequeño barrio, en la plaza Arauco, concluimos el lanzamiento, sorteamos y vendimos libros, y el Taller de Serigrafía Instantánea estampó afiches con el rostro del autor. Ahí esta trilogía vio la luz, a noventa años de su primera publicación. Las buganvilias fucsias reventaban de color, los niños asistentes se columpiaban, los familiares del escritor se abrazaban y hojeaban el libro sentados en el banco de la plaza. Todo, de principio a fin, ocurrió en la calle. No quisimos encerrarnos para celebrar esta reedición porque su autor sólo se encerró cuando fue encarcelado por participar en las luchas del profesorado por la conquista de una nueva educación. Lo suyo era la calle: creció en el patio del conventillo de Hijuna…, anheló salir mientras estuvo interno en la Escuela Normal relatada en La Fábrica, recorrió Quillota y Valparaíso en las marchas de la Asociación que se narran en Camarada.

         Quisiera que ese soleado 5 de mayo que empezó con accidente sea un extraño pero buen augurio. Que Carlos Sepúlveda Leyton haga que ciertas cosas pasen, que sus letras choquen, que causen estruendo. Que algo de la literatura y de la escuela se estrelle hasta destruirse y empiece algo nuevo. Algo mejor.

 

Belén Fernández Llanos

Historiadora del proyecto para la reedición de la

Trilogía Normalista de Carlos Sepúlveda Leyton.

Invierno de 2013.


Ruta patrimonial Sepúlveda Leyton 0 - Horacio Ríos y Sangría


Ruta patrimonial Sepúlveda Leyton 1 - Horacio Ríos y Sangría


Ruta patrimonial Sepúlveda Leyton 3 - Horacio Ríos y Sangría


Ruta patrimonial Sepúlveda Leyton 4 - Horacio Ríos y Sangría


Ruta patrimonial Sepúlveda Leyton 5 - Horacio Ríos y Sangría


Ruta patrimonial Sepúlveda Leyton 6 - Claudio Zunino y Sangría


Ruta patrimonial Sepúlveda Leyton 10 - Claudio Zunino y Sangría

Ruta patrimonial Sepúlveda Leyton 6 - Horacio Ríos y Sangría

Retrato de la familia completa de Carlos Sepúlveda Leyton en el lanzamiento de su trilogía, por primera vez publicada íntegramente a noventa años de la publicación de su primera novela.

(Fotografías de Horacio Ríos y Claudio Zunino)

 

 

Trilogía-normalista---volante-del-lanzamiento

 

 

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13 de julio de 2013

Espejismo de signos en el lanzamiento de CATÁSTROFE Y TRASCENDENCIA EN LA NARRATIVA DE DIAMELA ELTIT

Diamela Eltit lee con la mesa completa - Arturo Ledezma Christian Alarcon y Sangria

 

El martes 4 de junio de 2013 alrededor de ciento diez personas nos reunimos en el Teatro La Memoria para la presentación de Catástrofe y trascendencia en la narrativa de Diamela Eltit de Sergio Rojas, que a finales de 2012 publicamos en Sangría. Queríamos que fuera un encuentro en torno al trabajo que por años han realizado dos intelectuales muy relevantes de las últimas décadas, cuyas miradas se articulan en este libro. Por un lado buscamos dar cuenta de la complejidad y relevancia de la obra de Eltit a través de la exégesis de Rojas, y, por otro, relevar la labor de enseñanza que por años vienen desarrollando ambos para generaciones de estudiantes y lectores.

Esa noche se congregaron importantes lectores de ambas escrituras, quienes a su vez han hecho central el trabajo intelectual y político en sus respectivas disciplinas; en la mesa de la presentación estuvieron Raquel Olea, Nadia Prado, Alfredo Castro y Luis Valenzuela Prado, además de Sergio Rojas y Diamela Eltit, quien hacia el final leyó un breve fragmento de su nueva novela Fuerzas especiales, por entonces todavía inédita. Todos confluyeron con sus miradas críticas, que por años han comunicado diversas áreas y espacios culturales, políticos y sociales sin ceder a la presión y tentaciones que este mercado omnívoro ha ejercido de manera violenta y transversal.

El evento ocurrió cuando aparentemente ese trabajo realizado a contracorriente durante décadas rendía algunos tímidos frutos, en la recuperación del espacio público como lugar de protesta, en la emergencia de la calle como tierra en disputa –pensando en el contrapunto que treinta años atrás, en 1983, Lumpérica impuso a manera de hito, como señala Sergio Rojas en su ensayo–, o al menos en el logro de permear mínimamente el discurso político hegemónico hasta obligar a que los lobos con piel de oveja se saquen los abrigos y aúllen mediante los líderes de esa manada: desde el caos que el candidato Longueira avizora por las noches entre la silueta de Jaime Guzmán a las amenazas de golpe de Estado que el ex ministro pinochetista Hermógenes Pérez de Arce profirió emberrinchonado un día antes de este lanzamiento.

Pareciera entonces que en algo se ha avanzado al no ceder, al buscar y crear lugares no estrangulados por el mercado y ofrecer alternativas de resistencia, avanzadas o incómodas, para la mirada normalizadora de la cultura neoliberal con sus estructuras de poder. Sin embargo, estas señales no pueden resultar más que tibias cuando leemos que el mismo espacio que nos congregó esa noche puede cerrar prontamente. Estamos a merced de lo que ciertos indicadores macroeconómicos y encuestas mandan, en una salvaje pseudo competencia donde las asimetrías de arranque son descomunales.

En este sentido, el libro que nos convocó –segundo título de Sergio Rojas en nuestro catálogo–, resulta pertinente al recoger y leer en perspectiva tres décadas de la siempre radical escritura de Diamela Eltit, y ampliar las miradas y lectores de esta obra con un énfasis en la complejidad de sus signos. Busca al mismo tiempo no encasillar y abrir ciertas miradas claustrofóbicas y simplistas realizadas en el pasado a esa obra narrativa. Se trata además del primer texto publicado en Chile donde un solo intelectual aborda la totalidad de este cuerpo narrativo, en una especie de diario de lectura donde su autor decidió entrar y enfrentar su escritura con la de los textos trabajados, abriéndose a la posibilidad de perderse en los signos y de dejarse ir a la deriva, despojado de las trabas academicistas, haciendo foco a través del análisis, pensamiento e ideas desde diversos puntos, considerando el naufragio del sentido en la lectura como una victoria. Este libro es un hito en el trabajo de Sergio Rojas, tanto por su foco como por la forma de abordar el tema: es una mirada a la escritura e historia de las últimas tres décadas en Chile en un juego espejeante entre las voces que han logrado mover constantemente los límites de nuestras violentas formas de comprender y representar –literaria e institucionalmente– este lugar en disputa que llamamos Chile.

 

Diamela Eltit y Sergio Rojas - Arturo Ledezma Christian Alarcon y Sangria

El coeditor Martín Centeno - Arturo Ledezma Christian Alarcon y Sangria

Luis Valenzuela y Alfredo Castro - Arturo Ledezma Christian Alarcon y Sangria

Nadia Prado Sergio Rojas y Raquel Olea - Arturo Ledezma Christian Alarcon y Sangria

Fotografías por Arturo Ledezma y Christian Alarcón

Invitación-Catástrofe-y-trascendencia FINAL

 

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10 de mayo de 2013

RETRATO DEL DIABLO de Antonio Gil hace pacto con el ídem y recibe el Altazor 2013, premio de los gremios culturales chilenos

Antonio Gil recibe el Altazor 2013

Foto de Elisa Gil

 

La noche del pasado miércoles 8 de mayo en el auditorio del Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM) Antonio Gil recibió una escultura alada de fierro fundido del escultor Sergio Castillo como premio Altazor «a la obra literaria narrativa chilena más relevante publicada en 2012» por su novela Retrato del diablo. El autor subió a recoger el galvano y agradeció a quienes votaron por su novela como también a quienes no lo hicieron. A continuación dedicó el premio a una escolar de Alto Hospicio -cuyo nombre desconocemos- que recita de memoria párrafos completos de otra novela suya, Cielo de serpientes (que el próximo año reeditaremos en la Reserva de narrativa chilena de Sangría).

Felicitamos cada vez que podemos a nuestro autor por tramar una obra extensa, personal, sin ceder a las tentaciones estéticas de cada época, por contribuir a darle cada vez mayor complejidad a la narrativa chilena de los últimos treinta años. También por hacer un pacto con el diablo en su última novela. Uno de los agradables coletazos demoníacos es este galardón. Todos los premios culturales son un bingo en el gimnasio que queda al lado de la plaza, donde esperamos con las cartillas tembleques mientras atrás de las cortinas el locutor se toma un corto de manzanilla que le hará ver otro número: de todas maneras todos los números esta vez venían contenidos en las páginas de la novela más rara, enrevesada, barroca, difícil y fascinante de la ya larga obra de Antonio Gil. Y a veces ese bingo es interesante por los reconocimientos que ofrece de vuelta: fósiles lacustres, artesanías cargadas e incluso paseos a lugares de donde nadie vuelve con el mismo cuerpo.

Este premio indica y registra por lo menos este año un desprecio inesperado de las instituciones a las narrativas convencionales que lo sustentan, y nos recuerda que por su intensidad muchas escrituras radicales que circulan en este momento y desde hace siglos en nuestros lugares no permitirán más ser ignoradas. Habría que preguntarse si, finalmente, los organizadores del Premio Altazor se están tomando en serio la alusión vanguardista en el nombre del premio que escogieron. O si tal vez el hecho de que sea este el único reconocimiento de los gremios culturales de Chile indica que la sociedad civil por lo menos quiere pensarse como una instancia independiente de los poderes económicos y del Estado, para reclamar su poder de cambiar el paralizante y discriminador statu quo de los privilegiados según el mismo movimiento que -nos gustaría- convoca masivamente a cada marcha estudiantil y -esperamos también muy luego- a una asamblea constituyente que haga confluir las naciones, comunidades y colectivos bajo un nombre cualquiera como Chile.

 

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Portada alternativa de RETRATO DEL DIABLO, también diseñada por Joaquín Cociña y finalmente no utilizada en nuestra primera edición

 

 

23 de enero de 2013

Lanzamiento de OCEANA durante La Última Furia del Libro: verdaderos premios para el lector atento

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Entre patinetas, bicis BMX, tatuados, tatuadores, libros dependientes e independientes, así como otras actividades apocalípticas, el domingo 16 de diciembre de 2012 a las seis de la tarde en el Centro Cultural Gabriela Mistral —ex UNCTAD III, ex Centro Cultural Metropolitano Gabriela Mistral, ex Diego Portales, y ahora GAM— presentamos Oceana de Maori Pérez, al alero de la Última Furia del Libro.

En el subterráneo de este edificio democrático-dictatorial-neoliberal (según denomi-nación cronológica, fantasmagórico crisol de cuatro décadas) nos reunimos para celebrar la aparición de esta inenarrable novela. Los presentadores no podían ser más idóneos, ambos transfiguraciones de personajes de Oceana: los escritores Florencia Edwards y Simón Soto. Unamuno habría aullado de emoción desde la tiniebla. Durante esta liturgia a la diosa Shala –lea Oceana si no entiende la referencia– se escuchaba de fondo la banda sonora de la novela, realizada especialmente por el autor y Los Pianopunks, y este murmullo contribuyó a provocar cierta extrañeza entre los asistentes. Simón Soto abrió esta ceremonia de lanzamiento dominical leyendo su presentación “Física cuántica, sicodelia y fe”, en que aludió a las múltiples capas del libro y a la complejidad con que la novela no se deja asir –lo que ha sido ratificado por el silencio crítico de los medios masivos estos meses. En su texto, Soto vinculaba la estructura de la obra con el caos organizado de la naturaleza que se aprecia en los fractales, así como la libertad para crear y relacionar distintos mundos y dimensiones en una apuesta arriesgada.

Por su parte, Florencia Edwards —que venía de presentar un robot de su autoría en otra feria— habló sobre la relación de la novela con las arbitrarias leyes de los juegos de infancia, esos en que los disímiles juguetes entran en acción según la lógica narrativa del niño o niña que organiza y estructura el relato, haciendo aparecer y desaparecer a los personajes según su antojo. Esta comparación se hizo más aguda cuando aludió al intertexto entre Oceana y los videojuegos, particularmente a la velocidad de las experiencias en primera persona como en la serie Zelda, donde sin mediación es necesario asumir una batalla con todo el universo en contra. Los pliegues y caminos sin salida de la novela de Maori Pérez en este sentido fueron descritos por Edwards como easter eggs en el registro técnico del videojuego, verdaderos premios para el lector atento: en suma, dijo la presentadora, se trata de una novela de iniciación para las generaciones más jóvenes, parangonable con El guardián entre el centeno o, más recientemente, con Harry Potter.

Finalmente el propio autor realizó una lectura ritual de la primera parte de su libro: primero enfrentó y produjo un golpe cara a cara entre Oceana y una antigua edición de Rayuela, de Cortázar; luego encendió un cigarrillo en la testera del salón, para estupor del encargado de sala y expectación de los asistentes, que mirábamos al techo buscando los detectores de humo y el estallido de los rociadores de agua en vano. Tras un par minutos –y pitiadas– llegó el gesto explícito del sonidista del GAM, ante el cual hubo que conversar con Maori Pérez. Una vez apagado el cigarrillo vino su veloz lectura, el aplauso, el brindis con vino tinto y frutos secos, la firma de algunos ejemplares y el final de la música cuando tatuados y tatuadores salían también de una sala vecina. (Martín Centeno, coeditor presente en el acto)

 

Florencia Edwards presentando Oceana

Maori Pérez y su cigarro en lanzamiento de Oceana

Sangría ofreciendo sus libros entre otros puestos en la Última Furia del Libro (Fotografía por Horacio Ríos)

(Fotografías por Horacio Ríos)

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20 de noviembre de 2012

Ensayos de nuevas subjetividades que excedan las estructuras modernas: Sergio Rojas en NYU y Rutgers University, más lanzamiento de su ensayo en McNally Jackson Books

 

El pasado lunes 12 de noviembre a las siete y media de la tarde en un auditorio de trabajo de New York University, en plena calle University Place de la ciudad de Nueva York, la narradora santiaguina Diamela Eltit condujo un conversatorio entre sus estudiantes del Master en Escritura Creativa en Español de esa universidad y Sergio Rojas, filósofo chileno y autor de dos recientes libros en la colección Ensayo de Sangría Editora. Eltit es una buena conversadora, así que con sus preguntas justas y abiertas Rojas pudo explayarse: cómo pasarse de la filosofía a la literatura y viceversa, cuáles son la aproximaciones más productivas a las artes contemporáneas, su experiencia como crítico de performances, si es posible reflexionar sobre las escrituras actuales sin hablar de sus instituciones y cómo hacer énfasis en la noción de escritura. El diálogo empezó con reflexiones de fondo sobre Kant y la historia de la filosofía, sobre el sujeto contemporáneo atrapado entre las estructuras sociales modernas, y la conversa de a poco se enfocó en casos literarios específicos, con un intercambio final a varias voces sobre neobarroco y camp, sobre el abuso de las comillas como suspensión de toda naturalización de identidades y conceptos -ahí los coeditores de Sangría nos quedábamos pensando en el difícil equilibrio de las comillas y las cursivas en la edición de ensayos-, y si la necesidad de que existan los memoriales desde un punto de vista historiográfico -monumentos, libros patrimoniales, películas y series de televisión que dan una mirada cotidiana al trauma político de las décadas pasadas- invalida la necesidad de que existan memoriales desde un punto de vista de relevancia artística.

Entre sánguches vegetarianos, café y té, a la hora de almuerzo del miércoles 14 de noviembre en el campus Douglass de la ciudad neojersiana de New Brunswick donde está el departamento de Español y Portugués de Rutgers University, fue tanto o más intenso el debate. Esta vez era en una sala de posgrado; en una mesa larga y en conjunto con sus colegas organizadores del Grupo Interdisciplinario de Estudios Latinoamericanos de esa universidad, nuestra coeditora y autora Mónica Ríos convocó a  un antropólogo, una curadora de arte contemporáneo, a otro escritor y otros siete estudiantes del posgrado local con algunos de sus mejores profesores. Invitada especial junto a Sergio Rojas fue la intelectual bonaerense de Columbia University Graciela Montaldo, quien hizo una lectura de una obra de teatro y de una película -las dos recientemente estrenadas en Argentina- para hacerse la pregunta por el vocablo pueblo, sobre si aún cabe enunciarlo en una discusión sobre políticas del arte y la literatura, y si es posible hacerlo en propiedad como resistencia. A continuación Rojas expuso su noción de individuo -en azarosa complementariedad epistemológica con su colega- desde su lectura de la película chilena No como modelo del discurso del cinismo en contraste con el problema de la real intervención política de los movimientos estudiantiles chilenos recientes. Se armó una fructífera conversación sobre ese cinismo, sobre si a juicio de los que estábamos ahí era posible cambiar de raíz el sistema capitalista neoliberal que tiene estrangulado al individuo aquí, acá y acullá. Con argumentos doctos y persuasivos Rojas argumentó que ya el hecho de hablar de salir de la modernidad y su capitalismo es una paradoja que describe su imposibilidad, porque no se trata de un modelo abstracto sino de una práctica cotidiana: tal vez, seguramente, la estructura neoliberal nos tiene conformados como sujetos de transacción -no de transa, queríamos pensar los que ahí estábamos- y es impensable que podamos salir de nuestra propia constitución psíquica. El desacuerdo -el malestar, en palabras de Rojas- se dio en buenos términos y fue una ilustración de los problemas urgentes que aborda una Academia que quiere intervenir realmente en su mundo: en un momento eran cinco las voces que hablaban de que quizá los colectivos culturales, las parejas, los barrios, los grupos de identidad sexual o étnica sí pueden formar estructuras no modernas y no capitalistas, con voluntad y mucho cuidado y mucha capacidad de organización. Montaldo puso como ejemplo la crisis argentina de 2001, cuando la modernidad desapareció como forma de vida y en los escombros de ese sistema surgieron por entonces infinitud de microeditoriales, grupos barriales, colectivos de teatro, escenas musicales, y centros culturales, y organizaciones estudiantiles, y cooperativas de producción local que todavía funcionan y que han construido la parte más interesante de la cultura argentina actual; dijo que las cartoneras y las editoriales alternativas ahora publican y hacen intercambio no sólo por rigor literario o razones comerciales, sino también por afinidad barrial, territorial, ideológica e incluso explícitamente por amistad. A los dos coeditores y autores de Sangría que estábamos ahí -Mónica Ríos y Carlos Labbé– el debate nos hizo entender algo sobre la mayoría de los microeditores colegas nuestros en Santiago, que aunque diferentes a Sangría en los criterios editoriales -para nosotros existe como para ellos una meta de calidad literaria que guía, y además una necesidad de intervenir en nuestros mundos-, nos son cercanos en la construcción de una estructura social que no es del todo moderna neoliberal ni tampoco logra cuajar en una estructura diferente que parta de la absoluta gratuidad, del trueque o de la cooperatividad. Eso no lo dijimos en la mesa de discusión, pero Ríos lo dejó implícito cuando preguntó qué pasa cuando las diferencias de identidad no son sólo discursivas, sino biológicas, de sensibilidad, y uno simplemente no puede físicamente pertenecer a esa estructura moderna. ¿Hay que optar entre incluirse en la modernidad, construir una nueva estructura sociable, o enfermarse y morir?

El lanzamiento de nuestro ensayo Catástrofe y trascendencia en la narrativa de Diamela Eltit, de Sergio Rojas, en la librería McNally Jackson Books del barrio SoHo, de vuelta a New York City el pasado viernes 16 de noviembre a las ocho de la noche -entre atrasos de nosotros los organizadores, cortos de tequila y pisco para enfrentar el frío de las tardes otoñales del noroeste gringo y la presencia de narradores, poetas, profesores y lectores de todas partes de Latinoamérica y Estados Unidos entre las sillas del subterráneo de esta librería que en español dirige el uruguayo Javier Molea-, fue el corolario de una semana de conversación sobre cómo es posible que las sutilezas estéticas de la experiencia literaria tengan una resonancia en las luchas políticas que se hacen cada día más dramáticas, radicales, urgentes y también desalentadoras en su permanente promesa que no llega a cumplirse. Micrófono en mano, los coeditores Ríos y Labbé dimos la bienvenida e hicimos las preguntas que permitieron la conversación entre el novelista caraquense y profesor de Princeton University Javier Guerrero y nuestro autor Sergio Rojas, para los cuales exactamente la noción de catástrofe -según Rojas la mejor manera de nombrar un estado permanente de guerra y destrucción que está en otra parte, que nadie conoce pero a todos nos afecta en un malestar constante, ¿tal vez otra manera de describir el sistema capitalista?- y de cuerpo -según Guerrero el modo más explícito de trascender el problema, de entender desde un permanente presente comunitario y a la vez autoconsciente esa solución que Eltit plantea como un nuevo sujeto que desanude esta estructura- guió el diálogo sobre maneras justas de leer novelas como Impuesto a la carne más acá de la dislocación entre historia y relato histórico, como El cuarto mundo más lejos de la propuesta de una nueva maternidad liberada de la sujeción de la mujer, Lumpérica fuera y nuevamente en la plaza como espacio público recuperado por las masas de estudiantes chilenos ahora mismo, y Por la Patria de nuevo sería la consumación de un individuo que para volverse chileno, latinoamericano y moderno tiene que siempre estar deseando a otro, querer ser alguien más hasta travestirse pero sin cobrar conciencia de que hay un placer en ello. Las preguntas del público y los aplausos para Javier Guerrero, Sergio Rojas y Sangría Editora se abrieron a las emotivas palabras concluyentes de Diamela Eltit, pero sobre todo fueron iluminadas por esa que queremos parafrasear como la frase más importante de este lanzamiento: «Es muy necesario celebrar, brindar y felicitarse entre quienes estamos haciendo bien las cosas, pero al final hay que acordarse de que todo sigue y la lucha continúa igual».

 

 

17 de julio de 2012

Tres lenguas propias: presentamos CHUECA / PARTIR Y RENUNCIAR en Kotti-Shop, Berlín

 

 

Queremos comunicarnos siempre por ruidos, en silencio, toqueteando en jerigonza, en veliche, en diaguita y en kawésqar, por canciones ajenas que se sacuden para nosotros de manera propia -indomesticadas, lejanas, resonantes- y que no sabemos seguir con nuestros ritmos pero sí con nuestras palabras cuando nos plantamos ante personas que como nosotros extranjeras viven ahí nomás donde están están, abiertas a escuchar otra cosa que pertenencias, instrumentos y aspiraciones en el habla de cada cual. Así fue que el sábado 7 de julio dos de los coeditores de Sangría, Mónica Ríos -en castellano chileno y en inglés gringo- y Carlos Labbé -en castellano chileno-, nos pusimos ante el público berlinés de la galería comunitaria berlinesa Kotti-Shop a presentar la dramaturgia bilingüe de Chueca / Partir y renunciar, Crooked / To Leave and Give Up, a escuchar cómo su autora Amelia Bande saludaba en alemán prusiano y en inglés gringo leía algunos fragmentos, cantaba a solas y luego en castellano chileno -acompañada por Francisca Villela y Felipe Castillo– sus canciones incluidas como partitura en las páginas de este Texto en acción número 7 de Sangría. El recuerdo de las emociones ofrece otra veladura cuando además hay que traducirlo, quizá se haga indeleble así de tanta ajenidad con que envuelve los actos propios. Sirvan de ejemplo el texto de la presentación de esa noche y, al final, el video de una de las canciones que Amelia cantó:

 

 

THE TRANSPARENT BODIES OF AMELIA BANDE

by Mónica Ríos

I read this text a few months ago when we presented this book in Chile. In Spanish, I thanked everybody who worked in the book on behalf of Sangría Editora: Carlos Labbé, my partner in life and work, Thomas Rothe, the translator, and Joaquín Cociña and Anette Knol for the cover. Today, I do that again: thank you all, and thank you Amelia for entrusting your work to us.

This text is an attempt to read Crooked and To Leave and Give up, for I am, before anything else, una lectora –a reader–: literature charges theater with a state where the paper and the letter are the body; and the body, the voice, sound, floor, walls, are all potentialities. But even in that state of latency, Amelia’s text is already permeated by tonality and music.

The characters in this book appear suspended in the unreality of the set; the parks are not places nor the apartments seem fit to dwell. They exist between the false walls and lightning; from the beginning we imagine them in a staticity, a kind of safety reinforced by fiction. Amelia’s dramaturgical strategy, in this sense, does not brew a portrait or an ideal representation. Instead, identification appears from this flatness. Indexed by a name, Tender, Travis, Flash, Bro, Baby, and Brain name the traits of these texts’ dramatic subjects, and nomination replaces the presence of the mouth that utters, the holes in the body and their resonances.

Barely present, the character has crossed herself out, and in its place she has left a cardboard with the shape of her body, sealing the holes where the ears were, following a defined hygiene. But, as readers we are able to see that just behind the cardboard-shaped body stands the character of flesh, bone, and text that is listening, looking away, scratching her ear.

There is some ingenuity attributable to the characters of Crooked and To Leave and Give up when they function as if the emotions did not exist; a make believe that, transformed under Amelia’s creative hand, makes them endearing. The text is the process of finding a body, or, better said, finding the location of a body that could, finally, match her name. “Your Christian name” traditional English theater asks, and makes us think about the modeling role of a name and of the nicknames that Bande puts to the test in her writing. Characters become translucent language, cultural influences, but also tongue, mouth, body.

The cardboards fall only at the sight of the apocalypse, as in the closing scene of To Leave and Give up, or in front of the death-drive that moves the character Flash in Crooked. The tragic is revealed as a stratagem of everyday life. The real tragedy in the works of Bande is the disappearance of Nene, the only character who is not a cardboard cutout. In the text, the name “Nene” is shadowed by a blank space that triggers the reader’s anxiety. This white void is, above all, the disappearance of the character that embodies the urgency of the situation; Nene sees but is mute while witnessing Bro’s addiction, Karsten’s silence, and Wise’s violence. It is possible that the void that follows Nene’s name in the text is not a transcription of what is impossible to say –as if it were, for example, a cat– but reveals our own inability to listen, our own cardboard-like quality that bans us from licking words, sticking in tongues, saliva, flesh into the ear, those objects that the transparency of the language we speak, we write, we read does not contemplate.

 

 

 

03 de junio de 2012

Un libro dispar hacia las masas uniformadas: lanzamiento de DESCAMPADO. ENSAYOS SOBRE LAS CONTIENDAS UNIVERSITARIAS

 

En un cambio de mes con tantas revueltas, presentamos Descampado. Ensayos sobre las contiendas universitarias, segundo volumen de nuestra colección Intervenciones, esta vez para discutir sobre el peso de las prácticas sistemáticas de mala educación en Chile.

El pasado viernes 25 de mayo y bajo una intensa lluvia que imposibilitó la presencia de otros dos presentadores anunciados, Martín Centeno (coeditor de Sangría), Elixabete Ansa-Goicochea (académica universitaria), Francisco Figueroa (ex dirigente estudiantil) y raúl rodríguez freire [sic] (coautor de este libro) plantearon ideas de fondo y dialogaron sobre la urgencia de que estos materiales alimenten y remuevan reflexiones que disuelvan y desenquisten la certeza del lenguaje tecnocrático imperante en el, ahora, mercado educativo. Con toda la carga histórica de sus salas, la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación –el ex Pedagógico de Macul, en Santiago– resultó el espacio óptimo para hacer resonar estas palabras en el contexto de hoy, como espacios de resistencia ante los intentos de producción serializada de profesionales por parte de las instituciones académicas.

A un año del inicio del movimiento estudiantil actual y a seis de la Revolución Pingüina, este libro resulta sobre todo pertinente, en momentos que la mitad de los jóvenes entre dieciocho y veinticuatro años –1.100.000 personas según el Gobierno de Chile– estudia en alguna institución de educación superior y solamente uno entre dos de ellos se gradúa, de manera que a los otros nada más les queda –como única transformación vital tras su paso por la educación superior– una deuda bancaria que arrastrarán por años.

Esperamos que esta presentación se transforme en un verdadero lanzamiento del libro hacia las masas uniformadas, que el corte de sus líneas y páginas pueda perforar el inmovilismo y registro acomodaticio que transversalmente se ha naturalizado en las rutinas donde nos movemos, para así descarriar parte de esta maquinaria en que se ha vuelto la universidad y la educación técnica.

 

 

 

02 de enero de 2012

La celebración incontable de los personajes cuyo género es indefinible: lanzamiento de CHUECA / PARTIR Y RENUNCIAR

 

Cada vuelta de año nos llenamos de números -listas de lo mejor y lo peor, la cifra del año que anuncia lo improbable, la propia edad que se refleja contra el vidrio empañado, cartolas que restan olvidos y suman celebraciones, una solitaria sucesión al principio del calendario, 1, 1, 1, 2, esa cuenta regresiva- que sólo sirven para que nos demos cuenta que la cantidad de páginas de un libro no dice nada sobre todas las lecturas que sabemos que contendrá, inagotables. El número no es otra cosa que una palabra estandarizada, una frase que ha perdido sentido de tanto que la ingresamos a nuestras máquinas cotidianas, y sin embargo vuelve a tener relevancia cuando es una fecha, una flecha que se despliega y echa a andar una fiesta, una celebración efímera que se queda. Y no otra cosa es el lanzamiento de un libro, el de nuestro Chueca / Partir y renunciar, de Amelia Bande, que el 7 de enero a las 7 de la tarde en el Teatro Arcos de Santiago de Chile pondremos en acción con las canciones de esos montajes teatrales a cargo del grupo Amelia Bande & The Partiris, más las interpretaciones de lectura por parte de la novelista -y una de nuestras coeditoras- Mónica Ríos, la poeta Alejandra del Río y la cantante Sofía Oportot. Pondremos, sí, en acción la música de esas canciones que sólo son letra en la página de este volumen, los caracteres dramáticos que en Chueca pueblan las calles calurosas de una ciudad innombrable y esos otros que en Partir y renunciar se esconden en piezas, oficinas y habitaciones de hoteles para mentirse, abandonarse y declararse sólo mediante números lo que no pueden decir, y así se dividen, se multiplican y se potencian, pero sobre todo se suman inevitablemente a un coro final en que cada uno puede cantar su parte al unísono, aun entre el ruido del fin del mundo que tanto se anuncia en cada ciudad donde hay demasiada gente, aun si en el último párrafo vendrá una luz rosada a ocuparlo todo, incluso si eso nunca sucederá o si pasa a cada rato, todo el tiempo, incontable.

 

12 de diciembre de 2011

Cien personas en una pieza de motel que es un bosque de cedros: lanzamientos de LA RISA DEL PAYASO y de EL HACEDOR DE CAMAS

 

Hay un ejercicio público que es privado, una instancia eminentemente política que es pura intimidad, un acto solitario que consiste en escuchar a los otros y justipreciar a quien no está hablando cuando pronuncia ese verbo: leer. Por eso en Sangría estamos contentos de poder celebrar -en pleno proceso de descongelamiento, ebullición y por fin diálogo sobre lo que importa, lo que urge y lo que se simula desgraciadamente en las sociedades donde vivimos-, celebrar el extraño ejercicio de la lectura pública. Porque un lanzamiento literario no es otra cosa que la reunión de un grupo más o menos heterogéneo de personas para leer, discutir y ensimismarse en masa sobre los problemas que les plantean directa e insconcientemente las voces que vienen dentro de un libro. Este martes 13 de diciembre, en el restobar UVA de la santiaguina Plaza Ñuñoa, se aglomerarán a las siete y media de la tarde cien personas para observar la cara ensangrentada de un payaso muerto en una habitación de motel, según empieza la  La risa del payaso, de Luis Valenzuela Prado, y discutirán en silencio cómo una novela puede intervenir en el montaje de la realidad mediante un humor que -justamente- parece convencernos de que la reivindicación pública sólo se logra en las más minúsculas conversaciones, en los acuerdos de un grupo aparentemente inofensivo de gente como la que estará ese día y también el jueves 15 de diciembre, en el Teatro del Puente del también santiaguino Parque Forestal, caminando en masa por un bosque de cedros grises del sur de Chile hacia el lanzamiento de El hacedor de camas, de Alejandra Moffat. Y los que estén tomados de las manos dejarán de hacerlo, y los que estén solos encontrarán una mano que aferrar como el solitario niño narrador de esta novela busca una imagen de colectividad en medio del bosque, en el motel, encontrándose sin embargo con quienes estaremos ahí a punto de leer colectivamente, de brindar por el acto de leer en algún tipo de comunidad sólo porque sabemos que esos desconocidos que se apiñaban ahí estarán incorporando estas mismas palabras ajenas y familiares las próximas semanas, meses, ojalá años.

 

 

11 de octubre de 2011

A pasos del estallido social: lanzamiento de LAS NOVELAS DE LA OLIGARQUÍA CHILENA, de Grínor Rojo, en la Biblioteca Nacional

 

El sonido de las personas que caminamos por las escaleras enlozadas de la Biblioteca Nacional de Chile es muy distinto al que percibimos al salir por sus enormes puertas de vidrio: tantas veces un ruido interior parece que nos sobreviene, inaudible aunque lo percibamos como agobio, impacto, ecualización e igualamiento con el ruido de cientos de autos y micros y animales que pasan por un segundo por la calle allá al frente. Pero en estos días de estallido social -bienvenida la hipérbole- y de clamor por terminar con el descaro que llamamos sistema educativo chileno, ese ruido interior ocupa un espacio y un tiempo, una música y una presencia ineludible. Ojalá. Ya no son simple amortiguamiento las pisadas de todo a quien invitamos -a usted que lee esto- este jueves 13 de agosto al lanzamiento de Las novelas de la oligarquía chilena por los pasillos marmóreos hacia la siempre inconclusa y vasta sala América; esta vez confiamos en que se amplificarán hasta enredarse con los pasos que dé la muchedumbre ese mismo día por la Alameda, exigiendo un viraje estructural de las autoridades elegidas hacia la justicia y la igualdad, aun si ellos dicen formar parte de una sociedad que durante mil años ha querido llamarse familiar, imperial, colonial y republicana, pero que en el relato de sí misma demuestra que disimula a otro grupo que dirige sin mostrarse, que se encierra en sus cerros y desde ahí ordena que sus novelas se abran cada cierto tiempo para provocar un espejismo de inclusión. Queremos oír así esos comentarios callados, en los aplausos de los que presenciaremos cómo este diagnóstico se ampliará en boca del propio autor Grínor Rojo, también de Alejandra Costamagna -una de las narradoras contemporáneas chilenas que se niega a ser sumada acríticamente por ese poder simbólico al revés que tantos de sus colegas-, de la perspectiva crítica del intelectual Cristián Montes, de las palabras de bienvenida de Pilar García y Martín Centeno -coeditores de Sangría-, y en la relevancia de que organicemos esto junto al Centro de Estudios Culturales Latinoamericanos de la Universidad de Chile. Sí. Nos va a encantar que nos sumemos en coro a las marchas que podremos ver cruzarse por las puertas de vidrio en la  Alameda, hasta que este libro -el primero de nuestra colección Ensayo– se vuelva un datado documento histórico y no una irrefutable hipótesis sobre el convulsionado presente chileno.

 

 

 

12 de septiembre de 2011

Narrativas contemporáneas que se escuchan y se discuten: Jornada de investigación sobre la obra de Antonio Gil


Las horas de estos días de inminente transformación radical parecen plácidas, inermes, otoñales o primaverales de nuevo, y sin embargo esa inminencia es una superficie más. Una capa añadida a la opinión pública, a las conversaciones cotidianas entre coeditores y a la observación de nuestros y otros cuerpos que agarran un ejemplar de Sangría, a los mensajes directos o indirectos sobre qué es lo que hacemos, a la labor de lectura de manuscritos, de diagramación, de corrección con lápiz rojo, de vuelta a editar y también a recibir las lecturas privadas, las interpretaciones públicas, los guiños y los soplos en torno a ese enigma chico que se llama la venta de un libro. ¿Quién lee los libros de Sangría, además de nosotros y de los críticos literarios de prensa, y de los libreros y libreras cuando nadie les entra a preguntar por un título después de almuerzo, y del bibliotecario y la bibliotecaria que recibe esas páginas manoseadas?

He aquí una de las innumerables y heteróclitas pistas, proporcionada por un correo electrónico:


Se realizó una jornada de trabajo académico en torno a la obra narrativa del escritor chileno Antonio Gil, que contó con la participación de destacados especialistas de diversas universidades y estudiantes de postgrado. La actividad fue convocada por el departamento de Literatura de la Universidad Adolfo Ibáñez de Santiago, como parte de un proyecto Fondecyt (Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico de Chile)  que actualmente desarrolla la profesora Antonia Viu. El escritor leyó fragmentos de la novela que actualmente está escribiendo y compartió con los investigadores un almuerzo, después de horas de lectura y discusión del siguiente programa de ponencias:

 

«Representación del poder y poder de la representación en Antonio Gil», por Fernando Moreno, de la Universidad de Poitiers.

 

«Cielo de serpientes de Antonio Gil: Escritura de tiempo y espacio», por el doctor Eduardo Barraza, Universidad de Los Lagos, Osorno.

 

«Muerte, memoria y desmitificación del héroe en Hijo de mí de Antonio Gil», por Jesús Diamantino Valdés, Universidad Adolfo Ibáñez, Santiago.

 

«Alegorías de la historia nacional en la narrativa de Antonio Gil», por Pilar García,  coeditora de Sangría y doctora en curso en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Chile, Santiago.

 

«Estética neobarroca en Cosa mentale, de Antonio Gil», por Joaquín Castillo Vial, magíster en curso en literatura de la Universidad Católica, Santiago.

 

«La evidencia de las costuras en Cosa mentale: análisis de los discursos histórico y literario en una novela posmodernista», por Joselyn Venegas y Alicia Núñez , licenciadas en curso de la Universidad Alberto Hurtado, Santiago.

 

«La representación del sujeto histórico en la narrativa de Antonio Gil», por Carolina Pizarro Cortés, Instituto IDEA de la Universidad de Santiago de Chile.

 

«Espacios abisales y arquetipos en la narrativa de Antonio Gil», por Antonia Viu, Universidad Adolfo Ibáñez, Santiago.

 

«La ilusión pragmática en Carne y Jacintos de Antonio Gil», por Jorge Manzi Cembrano, magíster en literatura en curso de la Universidad Católica, Santiago.

 

La profesora Viu señaló que iniciativas como estas buscan visibilizar uno de los proyectos narrativos más relevantes del Chile contemporáneo, además de crear redes de investigación entre distintas universidades. «Por fin, con la reciente reedición de algunas de sus obras en Sangría Editora, sus textos se encuentran disponibles y queremos aprovechar ese impulso para profundizar los trabajos que lo han estudiado y permitir que lo conozcan otros lectores», puntualizó.

 

 

14 de junio de 2011

Intelectuales que escriben, escritores que hablan: Grínor Rojo

 

En medio de la humareda de palabras de prensa que nos impide -a quienes estamos lejos o encerrados- mirar bien la magnitud del descontento social que en distintas ciudades de Chile y de otros países del mundo convence a miles a que salgan a hacer algo por sí mismos, preparamos la salida de nuestra nueva colección Ensayo. La tarde de ayer, el mismo día en que entraba a imprenta Las novelas de la oligarquía chilena, cuyas páginas filudas inaugurarán el pensamiento crítico contingente y la acción literaria de largo aliento en Sangría Editora, su autor Grínor Rojo se dirigía a los centenares de personas -jóvenes y viejos, perros, pájaros y gatos- reunidos tranquilamente en la Plaza de Armas de Santiago para discutir y escuchar propuestas de reforma a la educación que reemplacen en su objetivo esa fea palabra romana lucro por otras de etimología más diversa como achoclonamiento y plenitud, mezcolanza y empeño, sinceridad y apertura. Micrófono en mano, Grínor Rojo por un momento hizo que para algunos de los presentes tuviera sentido -por primera vez en tanto tiempo- que un intelectual sea profesor en algo que se llama academia, y que ese intelectual sea un escritor: alguien que mira alrededor suyo y dice lo que ve, lo que no ve y lo que le gustaría que apareciera ahí con sus palabras.

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05 de mayo de 2011

Sobre el monolibrismo


Al revés que en la imagen de infinitud bibliográfica alrededor de la cual Borges construyó buena parte de su narrativa y su poesía, la semana pasada me encontré en un diario gringo con la foto de un autor que compró a precio de huevo los tres mil ejemplares que su casa editorial iba a desechar -literalmente los harían tira-, se consiguió plata e instaló en Nueva York una librería con un solo libro: el suyo. Uno esperaría encontrarse la estampa de un hombre doblado por el cansancio como un árbol ante la tromba, defendiendo su quimera tras un aparador añoso, enloquecido de fiebre melvilleana y disfrazado de viejo librero de Manhattan, como quiera uno imaginarse ese cliché con suspensores y camisa o puntuda barba blanca y riguroso traje negro. Pero no; el dueño de la librería de un solo libro está sentado a la entrada de su negocio, sonriente, bien peinado, las piernas abiertas, los brazos sobriamente cerrados dentro de una camisa ajustada de azules brillantes. Confía en sí mismo, nos quiere vender lo suyo. Pero, ¿qué es lo suyo? Pienso en la noción de bibliodiversidad que trataron de poner a trabajar nuestros colegas mayores de Lom, de Dolmen, de Cuarto Propio, hace más de una década en Santiago, y cuando me pregunto por qué una noción cultural no llega a las personas del grupo en que surje me respondo que acaso sólo los cuerpos trabajan: los libros se leen, se rescriben, se vuelven a leer; si quedara un solo libro que es leído por alguien, existe la literatura y el trabajo de ese editor estaría cumplido. En cambio ese reflejo eminentemente mercantil, trabajólico, weberiano del autor tan obsesionado porque tiene un solo libro, y por eso quiere encontrarle una ventaja comercial a la desproporción entre esfera pública y esfera privada que surge al momento de publicar una tirada de miles de ejemplares sólo porque a su editor le tinca que puede interesar a las masas -si en una persona que edita cupieran todas las personas, esa persona habría tenido que ser lectora ferviente de Pablo de Tarso, de Whitman o de Marx, no de Borges ni menos de un manual de edición comercial-, esa reflexión es parte del espejo oscuro con que la parte anglogermana y la parte indolatinafricana de lo que llamamos América se miran mutuamente. Ángel Rama habló de la desgracia que nos vino con la imprenta: la idolatría hacia la letra fija, el olvido consciente de que entre imprenta -que se oxida tarde o temprano- e impronta -esa abstracción eterna y universal- hay una vocal de diferencia aunque, como asegura el Zohar, en una vocal -aliento, último suspiro, exhalación primera de una pareja- cabe un mundo entero y quizá otro y otro.

 

27 de febrero de 2011

En memoria de Isidora Aguirre (1919-2011)


Ayer en la tarde murió en Santiago nuestra autora Isidora Aguirre. Su espectro es amplio y diverso. A pesar de que el trabajo de su vida fue el escenario, que su rol escritural en La pérgola de las flores la convirtió en un clásico vivo del teatro chileno, su dramaturgia como una obra integral todavía está por ser reconocida, estudiada y leída en toda su extensión, con su particular sintaxis musical, por su consciencia histórica, su uso del coro griego, su polifonía y su oralidad rural. Aunque la oficialidad del teatro se perdió el año pasado la posibilidad de reconocerla en vida con el Premio Nacional de Teatro, la edición literaria es el ámbito que más justo fue con ella: las múltiples ediciones de sus textos dramáticos en la editorial Frontera Sur, sus novelas acá en Sangría y en Uqbar, el trabajo académico sobre ella que realiza Andrea Jeftanovic, la hicieron sentir que su escritura sí tuvo consecuencia. Puso en práctica un modelo de ética artística: aunque era mujer, de clase alta, vinculada al teatro, no dudó en abrazar el socialismo, integrar en su escritura las formas populares, trabajar en televisión, escribir en registro chileno aunque montara sus obras y publicara sus novelas en Barcelona, La Habana o Copenhague. Todavía falta recuperar y valorar su obra como dibujante, guitarrista y cantante popular. Tal como en nuestra novela Carta a Roque Dalton el espectro de ese poeta salvadoreño la lleva al encuentro de la estética vitalista y explícitamente consciente de la relevancia política de todo acto que caracteriza su obra, el propio espectro de Isidora Aguirre seguirá visitando a la narrativa chilena y su edición, para recordar que debemos ser siempre contingentes, plurales y abiertos a las mezclas.

 

10 de diciembre de 2010

La Cañadilla de Santiago. Su historia y sus tradiciones. 1541-1887: lanzamiento en el Archivo Nacional de Chile

 

«Advertencia: el producto de la representación y venta de este drama está dedicado a las viudas y huérfanos de los reos últimamente ejecutados en Santiago». Esta frase, de absoluta contingencia en nuestro Chile escrito en caracteres colorados por los trágicos incendios anteriores a navidad y año nuevo -un país hastiado de fuegos artificiales-, es la nota final de El reo de muerte, otra crónica polémica de Justo Abel Rosales, querido narrador chileno tan proclive a la sangría. Y aun en la resonancia de esta frase a través de un año de catástrofes políticas y naturales, de espectáculo y tragedia, de afianzamiento, tensión, diáspora y búsqueda de una colectividad literaria que nos guarde de la mezquindad, Sangría Editora quiere anunciar el lanzamiento de la primera edición en más de un siglo -esta vez provista de un aparato crítico y una ortografía modernizada- de La Cañadilla de Santiago. Su historia y sus tradiciones. 1541-1887.

Junto a una de las coeditoras de Sangría, Pilar García, y a las editoras que realizaron esta edición, Javiera Ruiz, Ariadna Biotti y Bernardita Eltit, este jueves 16 de diciembre a las 19 horas, en el Archivo Nacional de Chile (Miraflores 50, Santiago), este libro inaugural de nuestra colección Monumentos frágiles será presentado por Emma de Ramón, Coordinadora del Archivo Histórico Nacional, la historiadora y Directora del Archivo Central Alejandra Araya y el historiador Simón Castillo, además de la escritora y actriz Nona Fernández. La circunstancia del lugar y las encendidas fechas de este lanzamiento hacen inevitable que se asome el fantasma del autor. Esperamos verte ahí también.

 

26 de octubre de 2010

Joaquín Cociña, nuestro artista de tapa, en la primera bienal de video del museo Guggenheim y el sitio Youtube

 

En una temporada como este fin de año del 2010 las noticias se apilan en los ojos de los lectores y en nuestra boca de coeditores sangrientos. De las malas es mejor no hablar, porque cada cual tiene suficientes lamentaciones alrededor y se necesita silencio para leer. Las otras, en cambio, merecen ser celebradas y publicadas. Es el caso de la obra gráfica y de video de nuestro artista de tapa Joaquín Cociña, que ha diseñado las portadas de todos los libros de Sangría y que ilustra de su propia mano las tapas de la colección Narrativas contemporáneas; después de una temporada de exhibición de sus obras en la galería AFA de Santiago en agosto pasado, su video «Luis», realizado en coautoría con el chileno Cristóbal León y el chileno-norteamericano Niles Atallah, figuró entre los veinticinco seleccionados de la primera bienal de video organizada por el museo Guggenheim y el sitio Youtube.com.

La espiral arquitectónica blanca del museo Guggenheim de New York se convirtió el pasado jueves 21 de octubre, y hasta la noche del viernes 22, en una pantalla gigante. En sus paredes fueron proyectados los videos seleccionados de entre 23.358 obras procedentes de 91 países. Y entre los 25 miembros del jurado, presidido por la directora adjunta del museo, Nancy Spector, están el director de cine tailandés Apichatpong Weerasethakul, el también cineasta norteamericano Darren Aronofsky, el artista japonés Takashi Murakami, la fotógrafa iraní Shirin Neshat, la banda norteamericana de pop rock Animal Collective y la también norteamericana música experimental Laurie Anderson. El video de Cociña, León y Atalah pudo ser visto en el interior del museo hasta el 24 de octubre, y se proyectará también en las sedes del museo en Bilbao, Berlín y Venecia, como también en www.youtube.com/play.


 

06 de octubre de 2010

La amante fascista, de Alejandro Moreno Jashés


Mientras preparamos los libros que este fin de año Sangría Editora incorporará a ese lienzo circular y colectivo que es nuestro catálogo, y cuyos próximos dos títulos –Chile, logo y maquinaria, de Andrés Kalawski, en la colección Texto en acción, y Poste restante, de Cynthia Rimsky, en nuestra Reserva de narrativa chilena- estarán en librerías chilenas desde la semana entrante, les contamos que nuestro autor Alejandro Moreno Jashés estrenó los pasados días 22, 23 y 25 de septiembre el montaje de su nuevo texto teatral, «La amante fascista», con el cual ganó el Concurso Nacional  de Dramaturgia del Consejo de la Cultura y de las Artes de Chile en 2009. Por la relevancia de su texto -cada día que pasa las evocaciones de su título describen de manera más aguda la sensibilidad política santiaguina-, el montaje teatral de Moreno Jashés cerró la Muestra Nacional de Dramaturgia 2010 del mismo Consejo de la Cultura. Pueden leer una nota crítica al montaje y al texto teatral aquí.

Les estaremos avisando de próximos montajes y puestas en escena de los autores de libros publicados en nuestros Texto en acción. Los dejamos con la ficha técnica del pasado montaje de Alejandro Moreno Jashés:


«La amante fascista»
Dramaturgia: Alejandro Moreno
Dirección: Víctor Carrasco
Asistente de dirección: Andrés Reyes
Diseño de luces: Fernando Briones
Dirección de arte: Ingrid Hernández
Músico: Pablo Gil
Producción: Pablo Llanos

Actuación: Paulina Urrutia

Teatro Matucana 100. Santiago de Chile, 23, 24 y 25 de septiembre,

21:30 horas.


 

04 de septiembre de 2010

Antonio Gil, el Ministro del Interior chileno y las comisarías de la conciencia




En una sangrienta primavera que es también un otoño, se asoman nuestras primeras publicaciones simultáneas en Santiago, New York y Amsterdam, por efecto del desdoblamiento y diáspora de sus editores. Tres novelas, un libro de tradiciones y crónica más un texto en acción vendrán antes de fin de año. Pero cada cosa a su tiempo.
Por ahora es necesario dejar registrado en esta íntima bitácora que nuestro autor Antonio Gil fue despedido del santiaguino y semiestatal diario La Nación como represalia a una columna suya que, aquellos que lo hicieron, ni siquiera habían leído. Más abajo encontrarán la historia en palabras del mismo autor. Raro es esto de que un Ministro de Estado y un empresario se pongan de acuerdo para despedir a alguna gente de un medio cuya propiedad comparten momentáneamente apelando a la libertad de expresión, luego de que alguien pusiera la columna en su perfil de una red social en internet. La tecnología y los círculos sociales pequeños es lo que más importa en Chile, quizá, no un proyecto de escritura de largo aliento, apocalíptico y polémico como el de Gil.

Aparentemente, los vientos fascistas están tan revueltos en Chile que incluso invocan los viejos argumentos antisemitas a su favor para leer en la conveniencia. La gente pragmática siempre se ha creído dueña, no saben que su poder es temporal.

Por eso no hay que deprimirse con el hecho de que Isabel Allende haya ganado el Premio Nacional de Literatura chileno, eso significa que nuestras ideas de nación y de literatura están en crisis ya desatada y evidente para todo el mundo. El traje del emperador ya empieza a provocar carcajadas. Pero esto es el típico salón de los poderes pequeños de Santiago; Chile es otra cosa, una enormidad muchísimo más compleja y difícil de manipular por el ser humano.

Aquí el asunto:




FAMILIA HINZPETER PROVOCA DESPIDO DE ANTONIO GIL DE LA NACIÓN
26 de agosto de 2010
La columna titulada «La sombra de Mammón», escrita por Antonio Gil para La Nación Domingo -un recorrido literario donde el narrador trae hasta nuestros tiempos a diversos dioses que recorren el país sembrando desastres y lo peor de las cualidades humanas, provocó una polvareda más de prepotencia fáctica.
Lo curioso de este cuento es que el conocido cineasta Joaquín Eyzaguirre encontró súper chori la nota y la pegó en su post de Facebook. Acto seguido se le fueron encima varias personas, entre ellas la hermana del Ministro del Interior de Piñera, Ximena Hinzpeter, que probablemente asimilaron la idea de que se estaba refiriendo al gobierno de turno y a sus asesores estrella, así que lo acusó de izquierdista, desubicado, y lo acusaron de antisemita y xenófobo, entre otros exabruptos. Menos mal que no estaban en un carrete porque si no hubiera terminado a combos la cosa. Por si fuera poco, la reacción redundó en que la editora de La Nación Domingo, Ana Verónica Peña, fuera despedida por publicar esta columna y se censuró a Antonio Gil. Esta editora es conocida por, el mismo día que asumió Piñera, cortar al columnista Patricio Mery, actual director de Panorama News. Aquí la columna que provocó la ira de los doctos empresarios privados y públicos Platovski y Hinzpeter:



LA SOMBRA DE MAMMÓN

Por Antonio Gil

«Y entonces la bella e inexorable Melpómene y el fiero Wekufu se desvanecen para dejar su lugar a Mammón, el demonio judío de la avaricia y la codicia. Desaparecen pues de nuestro imaginario de golpe las presencias idealizadas, sublimadas, de lo inevitable, y emerge, con un retintín de oro, el verdadero culpable de la totalidad de nuestros males. A veces creemos entrever, como en sueños, erguida contra nuestro óseo roquedal andino y en el «puro cielo azulado», la figura bella y feroz de Melpómene. Ella, la musa griega inspiradora de la tragedia se nos presenta siempre tal y como es descrita en los libros: «ricamente vestida, grave el continente y severa la mirada, generalmente lleva en la mano una máscara trágica como su principal atributo, en otras ocasiones empuña un cetro, una corona o un puñal ensangrentado». Otras veces, entre los silbos del viento sentimos allegarse la presencia sigilosa de Wekufu, el dios mapuche de la muerte y la destrucción, batiendo a Ngenechen, el dios de la vida. Y los números terribles se repiten en este ineludible triunfo de la fatalidad. El 27 de noviembre de 2005, 33 personas abordaron una embarcación de sólo 6 metros de largo, con capacidad para 16 ocupantes. Además la lancha llevaba carga. Las siempre peligrosas aguas del lago Maihue, que en mapudungun significa copa de madera, y el sobrepeso de la adicional, hicieron naufragar el pequeño lanchón.Hay ocasiones en que el desastre (que como sabemos quiere decir «lejos de la estrella») exige un poco más para su morral, como ocurrió el 18 de mayo de ese mismo año cuando en la zona cordillerana de Antuco, al interior de Los Ángeles, murieron congelados 44 soldados conscriptos y un sargento. La mayoría de las veces se trata de gente pobre, de miembros de los sectores más frágiles y abandonados de nuestra sociedad. Y entonces la bella e inexorable Melpómene y el fiero Wekufu se desvanecen para dejar su lugar a Mammon, el demonio judío de la avaricia y la codicia. Desaparecen pues de nuestro imaginario de golpe las presencias idealizadas, sublimadas, de lo inevitable, y emerge, con un retintín de oro, el verdadero culpable de la totalidad de nuestros males. Un demonio cebado en el lucro y en la más extrema cicatería. Ese es el verdadero demonio que gobierna, desde hace ya demasiado tiempo, el alma de Chile, arrasando a la bella Melpómene y al guerrero Wekufu, quienes no hacen otra cosa que cumplir sus deberes cerrando los ojos. Si vemos caso a caso las grandes desgracias que ha sufrido el país, descubriremos tras cada una de ellas la sombra de Mammon y sus explicaciones y comisiones y mentiras. Balseraphs son nombrados en las antiguas tradiciones los «abogados infernales».«Los Balseraphs que sirven a Mammon pueden convencer a sus víctimas de que hasta el hecho más atroz será en extremo beneficioso». Son los demonios que ofrecen indemnizaciones y compensaciones. Antes de la caída, Mammon era un serafín al servicio de Dios. Pero su corazón se llenó con el deseo del oro y se unió a Satanás en la rebelión contra el Creador. Cuando la guerra en el cielo terminó, según la tradición rabínica, «los pecados de Mammon eran peores que los de cualquier otro de los caídos».Y él hoy, por desdicha, ha penetrado incluso en las iglesias, en los ministerios, por no hablar de entidades financieras, que es donde pernocta diariamente. Wekufu y Melpómene retroceden con horror cuando ven el recorte de presupuesto para una nueva lancha en un lago remoto. Cuando se asoman sobre el hombro del contador, que con su lápiz rojo elimina defensas en los socavones mineros u «optimiza» los gastos en material de invierno para los soldados que sirven a la patria. Chile está en guerra. Tenemos que aniquilar a ese demonio antes que todos seamos avasallados por la bestia».

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07 de junio de 2010

Cuál es nuestro idioma, exposición y entrega de libros en El Gran Vidrio de Valparaíso


Todo vuelve. Cada palabra que decimos, cada uno de nuestros actos tiene una consecuencia.

En medio del frío disfrazado de sol invernal en Santiago, entre el esmog, la preparación de viajes y la conversación editorial, nos encanta poder mostrarles el siguiente comunicado de prensa:


Sobre la riqueza lingüística de nuestra América

CÚAL ES NUESTRO IDIOMA en EL GRAN VIDRIO DE VALPARAÍSO


Este viernes 11 de junio a las 19:30 horas se inaugura el montaje Cuál es nuestro idioma, de Mónica Ríos, Carlos Labbé y Francisca García B. en El Gran Vidrio, espacio de arte dedicado a la reflexión sobre el lenguaje al interior del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes en Valparaíso.


Cuál es nuestro idioma fue en primer lugar el título del pasquín que Sangría Editora, a través de sus coeditores Mónica Ríos y Carlos Labbé, distribuiría gratuitamente en la feria del libro que se iba a realizar en el contexto del V Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) en Valparaíso, en marzo pasado, y que fue suspendido por el terremoto que asoló Chile.

Para evidenciar y discutir que nuestra lengua no es únicamente el castellano y para poner en valor nuestra riqueza lingüística prehispánica, esta publicación se publicó –en libros impresos de distribución gratuita y en un documento electrónico descargable– a partir de citas de escritores, ensayistas y poetas latinoamericanos, además de textos inéditos escritos especialmente para esta edición.

El libro, que se imprimió en febrero pasado, está compuesto por un «Palimpsesto de hablas americanas», que suma las voces de Andrés Bello, José Martí, Francisca García B., Ángel Rama, Juan Luis Martínez, Rubén Darío, Gabriela Mistral, Domingo Faustino Sarmiento, Grínor Rojo, Vicente Huidobro, Diego Álamos y Jacques Derrida, entre otros, formando un todo unido a modo de collage. Como segunda parte están los «Recados políglotas», que reflexionan sobre la diversidad de las lenguas y el imperialismo idiomático en la pluma de Carlos Labbé, John Maxwell Coetzee, Mónica Ríos, Rodrigo Lara Serrano, Cecilia Vicuña y Andrés Ajens.

El proyecto fue incluido en la curatoría 2010 de El Gran Vidrio, espacio situado en el salón de entrada del Consejo de la Cultura, para realizar una propuesta visual de Cuál es nuestro idioma. La gráfica del montaje fue diseñada por Francisca García B. en colaboración con los editores de Sangría, quienes en la inauguración el próximo viernes 11 de mayo finalmente lanzarán el pasquín, con la distribución gratuita de 130 ejemplares.»

 

 

 

EL GRAN VIDRIO está compuesto por 42 ventanales de 60 cm por 1,20 metros. Es un lugar, espacio, dimensión donde se acogen prácticas estéticas, procesos y enlaces entre diversos géneros. Es una plataforma de investigación. Es una visión ampliada del pensamiento y sentir humano. Es un puentes de comunicación y diálogo entre lo estético, lo ético y lo político. Más en elgranvidrio.blogspot.com

 

 

23 de abril de 2010

Sangría Editora en reportaje a microeditoriales chilenas de La Tercera de Santiago

 

Hoy aparece en la edición impresa del diario La Tercera de Santiago un reportaje, firmado por Roberto Careaga, a algunas microeditoriales chilenas con las que hemos trabajado codo a codo y que esperamos duren mucho. En la imagen de arriba están las páginas, donde subrayamos sin lápiz las palabras de nuestra coeditora Mónica Ríos y el anuncio de alguno de nuestros nuevos libros para este año.

 

26 de febrero de 2010

Para intervenir el Congreso de la Lengua Española de Valparaíso


Con el pasquín Cuál es nuestro idioma, Sangría Editora inaugura su colección Intervenciones. Queremos poner en discusión la diversidad de nuestras hablas americanas a propósito de las políticas lingüísticas invasivas que se escenificarán en el V Congreso de la Lengua Española de Valparaíso, la primera semana de marzo de 2010. Es necesario que se discuta de la lengua que hablamos en Chile y nuestra América no sólo desde la normativa de la academia madrileña, sino también desde la historia de desaparición del kawéskar y el veliche, desde los intentos fallidos de unificación del mapudungún, desde la fuerza literaria del quechua y desde el impulso de muerte y negocio en que se funda el castellano americano.

Estaremos regalando esta publicación impresa en el puesto de venta que tendrá Sangría junto a otras microeditoriales chilenas en la Fiesta del Libro del Muelle Barón durante los días de este evento. Habrá una mesa de discusión sobre las narrativas en habla chilena de Augusto d’Halmar, Cristián Huneeus y Antonio Gil, además de una sesión de lectura a cargo de Cynthia Rimsky, Felipe Becerra y el propio Gil. Muy luego estará en esta misma página la versión en PDF para que circule libremente entre quienes se dan cuenta de que la RAE no puede ser la única referencia cuando no hablamos español, sino castellano chileno, entre otras lenguas cotidianas. También montaremos una muestra visual-tipográfica con los textos de ese libro en el Gran Vidrio –elgranvidrio.blogspot.com-, un espacio de exposiciones independiente situado en el primer piso del edificio del Consejo de la Cultura en Valpo, y nuestra amiga la cineasta Simone Pavin estará registrando en video digital el roce entre los microeditores independientes y el oficialismo de este Congreso de la Lengua para un microdocumental que esperamos estrenar prontamente en esta página.


Los editores sangrientos

 

01 de febrero de 2010

Texto en acción, nueva línea de Sangría


En medio del fragor estival que tiene las pasiones desatadas en Sangría -este enero en Santiago debe haber sido uno de los más calurosos que recuerden sus editores-, abrimos las ventanas o buscamos la sombra de un árbol para armar la tercera colección de Sangría Editora: se trata de Texto en acción, que se suma a las Narrativas Contemporáneas y a la Reserva de Narrativa Chilena. A diferencia de sus hermanas, esta nueva línea editorial nuestra es más pequeña y cruda: un ejemplar de Texto en acción de Sangría Editora mide 12×16 centímetros, está impreso sobre una tapa de cartón en dos colores y el interior en bond ahuesado a un color. Hablando de perspectivas editoriales, acá les anoto cómo definimos Texto en acción en la contraportada:


Este texto en acción, parte del repertorio de otras disciplinas, partitura interpretable por otras artes, es sin embargo letra de literatura, documento de escritura permanente por su propia legibilidad fascinante.


El primer título de esta nueva línea es el guión de El cielo, la tierra y la lluvia, de José Luis Torres Leiva, que estará en librerías a fines de marzo. Queremos hacer notar que se trata del guión de la película, es decir el texto previo y autovalente de un escritor, no la transcripción posterior o libreto de cine. El epílogo es del ensayista y profesor Hernán Silva y la portada -una de sus versiones iniciales encabeza esta nota- como siempre ha sido realizada por nuestro artista Joaquín Cociña.

Estamos muy contentos con nuestro Texto en acción / Guión. En los próximos meses llegarán a ustedes títulos de Texto en acción / Performance, Texto en acción / Dramaturgia y Texto en acción / Artes visuales.

Abrazos cálidos pero no tan calurosos,


Los editores sangrientos

 

20 de julio de 2009

Crítica de Artemio Echegoyen a La sombra del humo en el espejo, en La Nación de Santiago


 

20 de julio de 2009

Novedades de Sangría Editora: La sombra del humo en el espejo, de Augusto d’Halmar

En la colección Reserva de narrativa chilena publicamos La sombra del humo en el espejo, de Augusto d’Halmar.

Augusto d’Halmar nació en Santiago en 1882. Hijo del navegante bretón Augusto Goemine y de la chilena Manuela Thomson, tomó el apellido de su bisabuelo sueco para firmar una obra narrativa marcada por el cosmopolitismo y la complejidad.
Inspirado en novelas como Resurrección, fundó junto a Fernando Santiván y Julio Ortiz de Zárate la Colonia Tolstoyana de San Bernardo en 1904, que sin embargo duró pocos meses. Ejerció como cónsul general de Chile en Indostán desde 1907 a 1909, año en que fue trasladado a Eten, Perú, donde ejerció la diplomacia hasta 1915. A partir de ese año se integró a Pedro Prado, Acario Cotapos, Alfonso Leng y Juan Francisco González, entre otros, en el grupo artístico Los Diez, con quienes participó en coloquios literarios y creó la revista homónima.
En 1902 publicó la novela Juana Lucero. En 1917 se radicó en Buenos Aires y después en Madrid, donde publicó Nirvana, Mi otro yo y La sombra del humo en el espejo entre los años 1918 y 1924. También en 1924 publicó Pasión y muerte del cura Deusto. Luego, en 1934, publicó Capitanes sin barco, cuando regresó definitivamente a Chile entre homenajes a su labor cultural. En 1942 se hizo merecedor del Premio Nacional de Literatura, que había sido creado el mismo año.
Augusto d’Halmar murió el 27 de enero de 1950. En su tumba puede leerse la frase con que concluye La sombra del humo en el espejo: “Nada he visto sino el mundo y no me ha pasado nada sino la vida”.

Escrita en París durante 1918, La sombra del humo en el espejo es un punto de inflexión en la obra de Augusto d’Halmar y también en la literatura chilena: es la apertura del enclaustrado narrador santiaguino a otras tradiciones y relatos. A través de Egipto, por el Sahara y en el relato de su idilio con el muchacho Zahir –junto al cual el protagonista continúa rumbo a la India y Estambul, Atenas y París, pasando por diferentes destinos en Italia, Suiza y Marsella, para terminar solo en Perú–, esta primera novela de la tetralogía transeúnte de d’Halmar presenta una escritura donde el tiempo es retenido por las sensaciones y los padecimientos físicos del narrador, que lucha con el pasar de la página como contra un sentimiento de pérdida que acecha los recuerdos.

 

19 de julio de 2009

Reportaje a El rincón de los niños en Las Últimas Noticias de Santiago


 

20 de septiembre de 2008

Crítica de Rodrigo Pinto a El rincón de los niños, en El Sábado de El Mercurio de Santiago


http://www.lun.com/REVISTAS/CONTENIDOPAGINAV2.ASP?pagina=SAPRO010200809201H.SWF&fecha=2008-09-20&nomencRev=SA

 

22 de agosto de 2008

Comentario a la reedición de El rincón de los niños por Matías Rivas

 

19 de agosto de 2008

Los nuevos libros de Sangría en 2008

Esperamos los resultados del Fondo de Fomento al libro en vano: nos dijeron que nuestra colección no tenía «coherencia temática». Obviando la tiranía del tema en la literatura, estamos publicando tres novelas que inauguran nuestra nueva colección Reserva de narrativa chilena. Un nuevo diseño de Joaquín Cociña -que hemos decidido llamar «nuestra guagua colorada»- indica que estamos frente a novelas polémicas y al mismo tiempo hermosas:

El rincón de los niños de Cristián Hunneus, con un epílogo de Adriana Valdés y una nota inicial de Carlos Labbé.
Carta a Roque Dalton de Isidora Aguirre, con un epílogo de Ernesto Guajardo y una nota inicial de Mónica Ríos.
La sombra del humo en el espejo de Augusto D’Halmar, con un prólogo de Ricardo Loebell.

 

19 de agosto de 2008


 

19 de agosto de 2008


 

19 de agosto de 2008

El dragón de Komodo

 

Estas fueron las palabras que Carlos Labbé, coeditor de Sangría, leyó en el marco del Festival de Microeditoriales el 18 de agosto de 2008:

«A pesar de que vivimos en una ciudad, en un país occidental, en un mundo moderno donde cada paso que damos, cada lugar al que accedemos y cada instancia de reunión con otras personas están previstos por las necesidades económicas de la producción industrial, de la identidad colectiva que necesita el trabajo en cadena y que inventa en las ficciones mercantiles –que llamamos publicidad, televisión o internet, indistintamente–, hay un medio de comunicación entre las personas que es realmente raro: el libro literario, pedazo de árbol anacrónico ante el cual las personas se quedan detenidas durante horas, de manera inexplicable, sin fabricar nada, sin moverse, en una conversación que excede la privacidad porque nadie puede oír a quien lee, ni entenderlo, ni estudiarlo, ni hacerlo que venda o compre algo en ese momento, ni controlar que no haga nada inapropiado.

Contradictoriamente, el libro ha sido uno de los pilares en la construcción del sujeto moderno: el libro inventó al individuo cuando todos éramos nación, el libro nos enseñó a leer, a escribir, a convertirnos en seres humanos modernos que queremos ver tele, comer pop corn, ir al estadio y estar siempre insatisfechos de nuestra vida. El libro, también, es un negocio que factura millones de millones de millones en el mundo civilizado, y cada año aumentan las ventas de esas extrañas empresas que hacen dinero de la actividad más silenciosa de todas. ¿Cómo hacer para que el libro vuelva a ser un medio inasible, arcaico, gratuito? ¿Cómo pueden vivir en un mundo de permanente trabajo aquellos que tienen el oficio antiguo de fabricar libros sin otro interés que permitir una vía de conocimiento profundísima, intensa y única al individuo a través del texto, los editores?

Les presento al Dragón de Komodo, el reptil de mayor tamaño en el mundo. Vive en la mayoría de las islas de Indonesia, entre el Asia suroriental y el norte de Oceanía. A pesar de que mide entre dos y tres metros, y que pesa entre ochenta y ciento cuarenta kilos, es un animal lento e introspectivo que sólo come carne en descomposición. Para matar a su presa no se da el trabajo de correr detrás de ella y atraparla, sino que se desliza cuidadosamente entre la arena, las rocas o el agua para darle una sola mordida profunda en cualquier parte del cuerpo. Luego se aleja, se sube a una roca y espera. En algunas horas el animal mordido por el Dragón está muerto y empieza a podrirse, ya que su saliva tiene más de ochenta tipos diferentes de bacterias que provocan una septicemia inmediata en la carne donde se adhieren.

Los Dragones de Komodo son individuos solitarios. Suelen movilizarse en pareja, y a veces se reúnen hasta con diez congéneres para nadar.

Como el animal más grande de Indonesia que es, desde hace más de cinco mil años los habitantes de esas islas mantienen una serie de ritos alrededor de su figura. Uno de los más importantes consiste en visitar en primavera las playas de Komodo, donde los Dragones se aparean con movimientos inusualmente gráciles y rápidos para sus enormes cuerpos, y se vuelven irascibles y celosos de su territorio. Tan antiguo también es el oficio del remador de Komodo, que echa al mar –en los principales pueblos de las islas– su canoa grande para ofrecer el viaje de visita a los dragones, que desde siempre ha tenido un carácter iniciático entre los jóvenes lugareños, que a los catorce años se ponen a prueba de que son capaces de nadar en las azarosas costas primaverales de Komodo y volver vivos a la canoa. Por eso desde el año 1912, cuando por primera vez el holandés Peter A. Ouwens, director del museo de Yakarta, dio a conocer en un Simposio de la Sociedad Científica de París una descripción y un dibujo del Dragón, con énfasis en la peligrosidad de su mordida, los gobernantes ingleses y holandeses de Indonesia prohibieron la navegación civil en las aguas de Komodo. La vigilancia se hizo estricta desde 1926, cuando W. Douglas Burden capturó veinticinco ejemplares en la isla y lanzó la hipótesis –comprobada en laboratorios de Chicago, Estados Unidos, en 1974– de que los Dragones de Komodo son los únicos animales prehistóricos que viven en nuestra era, y que se han mantenido sin evolucionar en esas islas desde hace ciento treinta y seis millones de años.

La prohibición de navegar en embarcaciones livianas las costas de Komodo, y de visitarlas por motivos que no fueran políticos, militares, turísticos o científicos, se mantuvo hasta 1945, cuando Indonesia se independizó. En el intertanto, las autoridades europeas fundaron veinte zoológicos en distintos poblados de las islas, desarrollaron programas de inserción de animales domésticos en las casas y departamentos de los habitantes de Yakarta, realizaron una importación masiva de aves desde las islas canarias, en vano: año a año jóvenes y viejos indonesios se negaron a tener gatos o perros en sus casas, a alimentar a los pájaros enjaulados que les regalaba el gobierno, a subirse a los buses especiales que ponían a su disposición para visitar los zoológicos los días festivos. Incluso se construyó una reserva natural que permitía a los habitantes de las islas cercanas recorrer un sendero donde, detrás de rejas, podían observar a los Dragones sin peligro. Pero nada funcionó. Cada primavera siguió existiendo –de manera clandestina, la mayor parte de las veces de noche, cuando había luna, en complicidad con la policía local– el oficio del remador de Komodo, hombres cuyos músculos, ojos y respiración estaban especialmente preparados para surcar las aguas y llevar a los jóvenes deseosos de ser iniciados en el nado por aguas peligrosas, y a sus familiares que necesitaban presenciar el encuentro entre esos cuerpos nuevos de su familia y esas criaturas enormes, antiguas, apacibles, corrosivas, enigmáticas a las que temen y admiran.

Quizá sea necesario agregar que actualmente –como siempre en sus millones de años de existencia– se ha anunciado que los Dragones están a punto de desaparecer. Las organizaciones zoológicas mundiales, por supuesto, tienen a este animal en su lista roja de especies amenazadas de extinción. Y nosotros, los editores de las diecisiete microeditoriales que estarán celebrando esta semana y todas las microeditoriales que existen, queremos ser los remadores de Komodo.

A continuación queremos presentarles a las diecisiete microeditoriales que estarán con nosotros esta semana, en cada mesa de discusión, lectura transmedial, conversando con una copa de vino en la mano o un libro.

En enero de este año hicimos una investigación para dar con las microeditoriales que existen en Chile, y también en otros países de habla castellana de nuestra América. A muchos los contactamos por correo electrónico, a los menos los llamamos por teléfono, y trece de los editores autogestionados chilenos nos respondieron que les interesaba juntarse a conversar de todo esto. Luego invitamos a cuatro microeditoriales de otros países, dos argentinas, una peruana y una mexicana, y todos dijeron que sí, encantados. Así que a esta fiesta vendrán:


1. Sangría Editora
2. Ediciones Mantra
3. Ediciones Frontera Sur
4. Ediciones Puerto de Escape
5. Ediciones de la Calabaza del Diablo
6. Ediciones Lanzallamas
7. Editorial Ciertopez
8. Colectivo Lingua Quiltra
9. Ediciones del Temple
10. Editorial Estruendomudo (Perú)
11. Ediciones Tácitas
12. Interzona Editora (Argentina)
13. Metales Pesados
14. Editorial Mansalva (Argentina)
15. Editorial Sexto Piso (México)
16. Editorial Problema
17. Ripio Ediciones
18. Ediciones Animita Cartonera



Obviamente, antes de bailar y soplar velas es necesario hacerse amigos. Conversar. Conocer quién va a ser tu invitado, con quiénes vas a estar en el viaje, qué es lo que le interesa a esos primos tuyos a quienes nunca has visto pero sabes que tienen tanto en común como diferencias. Entonces nos sentamos a escribir un cuestionario sobre cada uno de los puntos que nos parecen relevantes en el problema de la creación editorial, de las concepciones literarias, del funcionamiento concreto de un sello minúsculo de publicación en el mundo, de las relaciones culturales que podemos establecer entre nosotros, de nuestro vínculo con las sociedades en que vivimos, de lo local, de lo particular, lo general, lo internacional, lo global.»



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19 de agosto de 2008

Palabras de bienvenida de Mónica Ríos al Festival de Microeditoriales

Yo, Mónica Ríos, presenté el Festival de Microeditoriales el lunes 18 de agosto de 2008 como a las seis y media con estas palabras:

«Estimados editores y amigos,

Estamos aquí porque sabemos que durante los próximos cinco días se va a desarrollar en las instalaciones del Centro Cultural de España y de la Facultad de Comunicación y Letras de la UDP, el Festival de microeditoriales. Durante la organización de este evento surgieron varias preguntas, por parte de las personas invitadas a participar y que rechazaron la invitación, o por parte de los interesados en venir: ¿qué es una microeditorial? ¿Por qué no hablar de editoriales independientes? ¿Por qué llamarlo Festival en vez de algo más serio como “encuentro” o “charla”, o ponerle otro nombre cualquiera como el que se organizó en Perú hace poco con un ánimo parecido? Y luego, ¿por qué no invitar a los organismos institucionales vinculados al libro, como Cámara chilena del libro y la Asociación de Editores independientes? Y, por el absoluto contrario, ¿por qué siquiera involucrar instituciones en esta conversación?
Todas ellas tienen respuestas que espero se resuelvan a medida que pasen los días, pero parece necesario declarar el punto de vista de los organizadores que expliquen el porqué de todas estas cosas.

Cuando Sangría Editora envió un comunicado sobre el primer libro que sacó como editorial a principios de este año, recibió un llamado de Natasha Pons. En ese momento, verano aún, ella estaba planeando un festival de autogestión que involucrara las artes plásticas, publicaciones como revistas, sellos de música y no tengo claro si otra cosa más. Este correo gatilló en ella el interés de ampliar este festival a la autogestión literaria. Gestión implica, enmarcado en este espíritu, preguntarse por los organismos o esfuerzos por llevar a la producción literaria más allá de los límites de los que la producen. Más tarde en nuestra organización, se involucró otra persona, Jovana Skármeta, que coordina el Magíster de edición de la Universidad Diego Portales, una instancia que está preocupada, siguiendo la moda española, de profesionalizar el oficio de la edición o por lo menos de organizar el conocimiento previo que hay sobre este trabajo en nuestro país. Se podría decir, entonces, que en la organización de este festival, más que instituciones, hay personas.

Se podría decir eso, claro, pero no se puede soslayar el hecho de que estamos una vez más, la literatura, los editores y la lengua, amparados bajo el ala cultural de España y de la universidad. Mucho tiempo ha pasado ya desde la colonia territorial, para llegar a esta otra forma de presencia que transforma las líneas por medio de las cuales las instituciones y su marco ideológico se hacen presentes en nuestra cotidianidad. Sin duda, la mirada externa nos detecta, nos organiza, y nos devuelve al mundo como una entidad constituida y reconocible.
Creo que estos cinco días deberían decir lo contrario: todas las diecisiete editoriales que participan en este festival no constituimos una entidad gremial ni empresarial; no nos estamos organizando para hablar sobre el IVA del libro (aunque eso nos preocupe en alguna medida) ni para exigir al Estado y a la Cámara de Comercio cosas que puedan optimizar nuestra gestión empresarial, a pesar de que se nos ocurran muchas cosas que pueden mejorar la presencia o la manera en que vive el libro en Chile.

Entonces, debo decir, las instituciones, sí, nos han prestado lugar donde podamos cobijarnos y plata para invitar editores de otros países que nos relaten experiencias que pueden alimentar la discusión. Pero este evento no es institucional. Me parece que por ahí va el espíritu de lo que es una microeditorial, un término un poco amorfo que nadie sabe bien qué significa más que los que propusimos este nombre para denominar a un volumen de trabajo, a una cantidad de personas y a proyectos literarios reales que plasman miradas sobre la literatura y la letra.

Una microeditorial es una editorial independiente, por cuanto este término se refiere a una entidad económica-ideológica compleja y que manifiesta que los capitales que conforman el proyecto editorial no están sujetos a ningún conglomerado económico ni político. Más bien, manifiesta la intención de poner en marcha ideas ligadas a la política en sentido amplio y etimológico, esto es, como parte de lo que está sucediendo ahora en nuestra polis. Sin embargo, no tomamos ese nombre, el de editoriales independientes, porque aquí en Chile esa categoría denomina un tipo de proyecto un poco distinto al que nosotros convocamos aquí: las editoriales independientes en Chile son grupos, empresas pequeñas o medianas donde entre cuatro y nueve o más personas se han dividido las tareas siguiendo el modelo industrial; estas empresas ubican a sus dueños como los portadores de ese sistema de ideas y del gusto, haciendo que el sello y el nombre de la persona vayan de la mano o sean casi lo mismo; además, realizan una tarea de campo al reunirse en una asociación que busca reconocimiento a nivel parlamentario y ministerial. Con todas esas cuestiones positivas y negativas, las microeditoriales no tienen ese carácter.

Debemos reconocernos: somos menos personas las que trabajamos en cada uno de estos proyectos, cuyo sustento depende de la consistencia del proyecto editorial. Hay un trabajo artesanal y de amor al libro que invocan a su contenido, a su posibilidad como ente comunicador, y a su propuesta física, todas partes de un proyecto que nace de la participación de una a tres personas en la totalidad del proceso de producción de un libro. De ahí también la dificultad de que nuestras creaciones tengan la misma presencia que los productos hechos bajo un esquema de la división del trabajo: la poca posibilidad de aparecer en la prensa, el bajo número de las tiradas, los problemas de distribución, la irregular relación con los libreros y con el público. El conocimiento de nuestro campo de acción que nace de haberse dedicado o participado en cuanta cosa se nos pase por delante, ya sea como trabajo que da plata o como parte de un trabajo intelectual, nos invita a operar bajo otros esquemas: arrojo en el proyecto creativo, libertad de ponerlo en circulación. Las dificultades que alimentan el espíritu del proyecto producen maneras alternativas de concretar los proyectos, así como la experimentación y la búsqueda de nuevas manifestaciones y medios para la edición.

Estas son algunas cosas que se me ocurrieron que cada una de las editoriales micro pudieran tener en común y a diferencia de las llamadas en Chile editoriales independientes. Por eso el nombre –microeditoriales– que sacamos de la tradición francesa. No se trata esto de que estas características que mencioné queden firmemente establecidas, pues más de alguno de los dedicados a la edición de este tipo no estará de acuerdo con alguna de ellas. Para eso es este festival: una celebración de todo lo que nos reúne y lo que nos hace divergir, una pelea alegre, una risa triste, todo en base a la generosidad de prestar oído a los otros y responderles sin la intimidación que a veces nos da lo público. La invitación es para que podamos definir por lo menos algunos puntos que nos ayuden a retomar nuestros proyectos a sabiendas de que hay otros que buscan cosas distintas con medios parecidos.

Por último, esta semana no hubiera sido posible sin la colaboración del CCE y del Magíster de edición de la UDP, y sus responsables Natasha y Jovana que ya mencioné. Pero también de Carlos Labbé, mi compañero de vida y de edición en Sangría Editora, y yo, Mónica Ríos.
Gracias.»

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19 de agosto de 2008

EL MIÉRCOLES A LAS 12 EN AUDITORIO EN VERGARA 240

Habla Bernardo Subercasseaux, autor, entre muchos otros libros, de La historia del libro en Chile (alma y cuerpo). Libro realmente entretenido que, además, revela los aspectos simbólicos y culturales que tiene el libro en contraposición a su vida concreta: si bien los intelectuales y padres de la patria han plantado sus ideales de educación, desarrollo, progreso, conocimiento, libertad, entre muchos otros, en Chile siempre ha habido pocos lectores y hay muchos ejemplos de los fracasos de proyectos editoriales y de imprentas.

El miércoles en el auditorio de la Facultad de Comunicación y Letras de la UDP, hablará sobre los contextos editoriales históricos.

 

19 de agosto de 2008

CUESTIONARIO Y RESPUESTAS

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19 de agosto de 2008

LAS EDITORIALES INVITADAS AL FESTIVAL

-Colectivo Lingua Quiltra
-Ediciones Animita Cartonera
-Ediciones de la Calabaza del Diablo
-Ediciones del Temple
-Ediciones Tácitas
-Editorial Ciertopez
-Editorial Frontera Sur
-Editorial Puerto de Escape
-Editorial Estruendomudo (Perú)
-Editorial Lanzallamas
-Editorial Mansalva (Argentina)
-Editorial Metales Pesados
-Editorial Sexto Piso (México)
-Editorial Problema
-Interzona Editora (Argentina)
-Mantra Editorial
-Ripio Ediciones
-Sangría Editora

 

19 de agosto de 2008

Festival de Microeditoriales

Durante la semana del 18 al 22 de agosto se va a desarrollar en las instalaciones del Cenro Cultural de España y la Facultad de Comunicación y Letras de la UDP, el Festival de Microeditoriales que organizaron estas instituciones junto a Sangría Editora. El programa es el siguiente:

Lunes 18 de agosto: en CCE
18:00 hrs.: Inauguración.
18:05-18:20: Presentación de los organizadores, CCE, UDP y Sangría Editora.
18:20-19:15: Presentación de editoriales: por Mónica Ríos y Carlos Labbé (Sangría Editora), a partir de las respuestas a cuestionario.
19:15-20:00: Vino de honor y exhibición de libros.

Martes 19 de agosto: en CCE
18:00 hrs.: Presentación de las editoriales internacionales
19:00 hrs.: Mesa de discusión 1: ¿Qué es esto de la autogestión y las microeditoriales?
Participan:
Francisco Garamona (Mansalva)
Sergio Parra (Metales Pesados)
Francisco Albornoz (Frontera Sur)
Marco Antonio Coloma (Ciertopez)
Mónica Ríos (Sangría)
20:00 hrs.: Lectura transmediales, narrativa:
Gonzalo León (Calabaza del Diablo)
Marcelo Mellado (Calabaza del Diablo)
Claudia Apablaza (Lanzallamas)
Sergio Meier (Puerto de Escape)
Miguel Vargas (Puerto de Escape)
Carlos Labbé (Sangría Editora)
Maorí Pérez (Ciertopez)

Miércoles 20 de agosto: en UDP
12:00 hrs.: Charla: Contextos editoriales históricos:
Habla: Bernardo Subercasseaux
13:00 hrs.: Mesa de discusión 3: Criterios literarios
Participan:
Carlos Labbé (Sangría)
Héctor Hernández Montecinos (Mantra)
Marcelo Novoa (Puerto de escape)
Eduardo Farías (Editorial Problema)
14:00 hrs: Lecturas transmediales
Marjorie Dávila (Problema)
Eduardo Barahona (Mantra)
Ignacio Muñoz (Mantra)
David Bustos (Lanzallamas)

Jueves 21 de agosto: en UDP
12:00 hrs.: ¿Existe la autogestión editorial en Latinoamérica?
Participan:
Julia Hacker (Interzona)
Álvaro Lasso (Estruendomudo)
Francisco Garamona (Mansalva)
Rafael López (Sexto Piso – Hueders)
Marcelo Montecinos (Calabaza del diablo)
13:00 hrs.: Mesa de discusión 4: Literatura y otros medios
Participan:
Christian Aedo (Ripio)
Héctor Hernández (Mantra)
Sergio Parra (Metales Pesados)
Francisco Albornoz (Frontera sur)
14:00 hrs.: Lecturas transmediales, poesía:
Martin Gubbins (Tácitas)
Cristóbal Romero (Tácitas)
Marcela Parra (del Temple)
Ángel Valdebenito (del Temple)

Viernes 22 de agosto: en UDP
12:00 hrs.: Mesa de discusión 5: Mesa práctica de autogestión: Presentación de casos.
Participan:
Ximena Ramos (Animita Cartonera)
Marcelo Novoa (Puerto de Escape)
Marco Antonio Coloma (Ciertopez)
Julia Hacker (Interzona)
Marcos Arcaya (Lingua Quiltra)
13:00 hrs.: Mesa de discusión 6: ¿Qué es esto de la autogestión y las microeditoriales?
Participan:
Álvaro Lasso (Estruendomudo)
Marcelo Montecinos (Calabaza del Diablo)
Rafael López (Sexto Piso – Hueders)
Federico Eisner (del Temple)
Roberto Contreras (Lanzallamas)
14:00 hrs.: Palabras de cierre de los organizadores. Vino de honor.

 

02 de mayo de 2008

SOBRE SELLOS EDITORIALES INDEPENDIENTES EN DIARIO EL PAÍS DE ESPAÑA

REPORTAJE: Editar en los márgenes

El sutil arte de cazar lectores

Los nuevos sellos independientes reclaman su lugar en el mercado – Les unen el mimo, la vocación literaria y un espíritu marginal patente ya desde sus nombres

JOSÉ ANDRÉS ROJO – Madrid – 02/05/2008

Hay datos suficientes para alarmarse. Algunos sostienen que el libro ha perdido ya su prestigio como camino privilegiado para llegar al conocimiento. Como entretenimiento, tiene demasiados rivales, y las nuevas tecnologías facilitan cada vez más el acceso a los contenidos audiovisuales.

Hay datos suficientes para alarmarse. Algunos sostienen que el libro ha perdido ya su prestigio como camino privilegiado para llegar al conocimiento. Como entretenimiento, tiene demasiados rivales, y las nuevas tecnologías facilitan cada vez más el acceso a los contenidos audiovisuales. El lamento sobre el descenso de lectores viene de lejos y, periódicamente, un nuevo soporte tecnológico (ahora es el Kindle) amenaza al tradicional, el que está hecho de páginas. Con ese panorama, ¿hay alguien que pueda explicar la consolidación de tantos proyectos editoriales independientes en España? Un dato del reciente informe sobre la producción editorial de 2007, hecho por el Instituto Nacional de Estadística (INE), revela que la tirada media de los casi 64.000 títulos publicados es de 3.111 ejemplares. Tiradas menores, búsqueda de lectores concretos. Lo pequeño se impone.

Buena prueba de ello son las editoriales convocadas para este reportaje. Sus catálogos rigurosos, la presentación elaborada y pasión por el oficio les unen. No sólo eso. Son tantos los nuevos y pequeños editores que el criterio para elegirlos ha sido en esta ocasión su nombre. Periférica, Minúscula, Libros del Asteroide… Todas comparten desde su bautismo un campo semático que remite a lo marginal.

«Conservamos intacta nuestra confianza absoluta en la potencia explosiva de la palabra escrita cuando entra en resonancia con la experiencia vivida», dice Amador Fernández Savater. Es uno de los amigos que pusieron en marcha Acuarela (se fundó en 1999, ha publicado 28 títulos y da nombre también a un sello discográfico, una revista y un grupo de música), que ahora trabaja con la editorial Antonio Machado. No Irish, No Blacks, No

Dogs, de Johnny Rotten (Sex Pistols) resume lo que persiguen: «Un relato en primera persona, una crítica radical de lo existente, una invitación a experimentar sin miedo fuera de lo conocido…». «Preferimos proponer libros sin recurrir a estridencias, casi en voz baja», comenta Valeria Bergali, de Minúscula (2000; 40 títulos). «Esto no significa que renunciemos a ser ambiciosos». Lo han sido. En su catálogo hay perlas como LTI. La lengua del Tercer Reich, de Victor Klemperer, o Las ciudades blancas, de Joseph Roth, e irán publicando los seis volúmenes de Relatos de Kolimá, de Varlam Shalámov.

Además de algunas editoriales independientes que ya han hecho historia como Anagrama, Tusquets o PreTextos, desde hace unos años hay otras muchas que se lanzan a la batalla del libro. Lengua de Trapo fue una de las primeras de esta nueva hornada. Le siguió Páginas de Espuma, y luego llegó el aluvión: Gadir, Nórdica, Barataria, Bartleby, Ediciones del Viento, Laetoli, Menoscuarto, Candaya, Global Rhythm, Cabaret Voltaire, Rey Lear, Melusina, Berenice, KRK, Bassarai, Abada, Katz, Marbot… En este mundo hace falta pasión, pero también importa hacerlo bien.

Es el caso de Libros del Asteroide (2005; 34 títulos), que consiguió poner en el mapa a un escritor como Robertson Davies con su Trilogía de Deptford y que, entre los españoles, ha rescatado El maestro Juan Martínez que estaba

allí, de Manuel Chaves Nogales. «Rechazamos deliberadamente que lo nuevo sea necesariamente un valor en sí mismo y por eso proponemos libros que ya han sido leídos y disfrutados por multitud de lectores en otros países», explica Luis Solano. «Son las pequeñas editoriales las que menos libros malos publican», afirma Julián Rodríguez, de Periférica (2006; 24 títulos). «Porque su programación es tan corta que pueden elegir sólo lo mejor, lo más interesante, y porque su prestigio, aún en vías de consolidación, se fundamenta en la calidad constante». Enrique Redel, de Impedimenta (2007; 10 títulos), insiste en una idea que comparten todos: «El culto por la estética es una especie de signo de los tiempos, y no somos ajenos a él. Creo que es por eso por lo que la mayoría de las nuevas editoriales cuidamos hasta la exasperación nuestra imagen de cara al público».

Y entonces, llegamos a sus nombres. Porque desde ahí ya muchos definen el terreno que pisan. «Periférico como autónomo», explica Julián Rodríguez recordando a Leonardo Sciascia, «es decir, como dueño de su propio destino». Santiago Tobón, de Sexto Piso (2002; 65 títulos), lo cuenta así: «El nombre es una combinación entre una idea muy clara que siempre tuvimos del logo (un sujeto lanzándose desde un edificio) y una muletilla que utilizamos desde hace años entre nosotros: ‘Prefiero lanzarme de un sexto piso a…’. La intención de búsqueda permanente del riesgo implica emprender proyectos basados en el gusto y en la calidad literaria».

Cierto espíritu suicida igual es necesario, pero la juventud de los proyectos, y de los propios editores, revela que sigue habiendo un público interesado en leer. Las tiradas de las primeras ediciones van de los 1.000 ejemplares a los 5.000 (en contados casos). La aventura es casi la de salir a buscar uno a uno a los lectores. Enrique Redel (Impedimenta) reconoce haber editado «rarezas» y «exquisiteces», pero celebra haber apostado por los cuentos de Andrés Ibáñez. En Periférica el abanico es más amplio: clásicos y contemporáneos y una apuesta decidida por autores latinoamericanos desconocidos (Carlos Labbé, Yuri Herrera…), aunque sus cifras de venta sean «ruinosas». De la variedad de caminos que explora da idea su exitoso empeño en dar a conocer las novelas del serbio Goran Petrovic y arriesgar con títulos como Memorias de un enfermo de nervios, de Daniel Paul Schreber.

«¿Quién le compra hoy a su hijo una enciclopedia en papel?», se pregunta Solano (Asteroide), que considera que el libro ha perdido la batalla «por ser el primer transmisor de cultura». Pero no ve mal el momento editorial de nuestro país: «Se leen más libros, de más calidad y mejor editados que nunca». Julián Rodríguez apunta a otro sitio: «Hemos nacido en una época donde podemos ser editores sin ser ricos». Lo permiten las nuevas tecnologías.

Eso sí, al libro electrónico no le tienen mucho temor. «El libro es muy práctico, está por demostrar que pueda haber algo mejor que el libro… para lectores», dice Fernández Savater. Y Valeria Bergali: «El libro sobrevivirá, es casi perfecto. Y digo casi porque la perfección, dicen, no existe».

Más información en el blog El rincón del distraído, de José Andrés Rojo.

50.000 euros en cuentos

Son muchas las editoriales que publican cuentos, pero Páginas de Espuma se ha tomado la batalla por la defensa de este género como una cuestión personal, por así decir. No se ha limitado simplemente a publicar relatos de autores muy diferentes, sino que ha tratado de incorporar la vocación por lo breve como una seña de identidad del sello.Hace poco su lucha se concretó en una iniciativa muy ambiciosa: Páginas de Espuma es la editorial que publicará el libro ganador del premio más cuantioso destinado a apoyar al relato como género.Se trata del I Premio Internacional de Narrativa Breve, de carácter bienal y dotado con 50.000 euros para el me
jor libro de cuentos inédito en castellano. El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero se encarga de la parte económica del asunto y Páginas de Espuma es la que se ocupará de materializar el libro (el primero de ellos, previsto para 2009).Como comentaba el día de la presentación del premio Juan Casamayor, responsable de la editorial, en un cuento «nada puede sobrar ni faltar, requiere una técnica exquisita que elimine lo sobrante y deje sólo la esencia, como un buen vino».Así que vino y literatura en el caso de Páginas de Espuma. El camino parece ser justamente ése: buscar cómplices, establecer pactos, unir esfuerzos. Varias de las nuevas editoriales independientes comparten imprenta, se soplan quiénes son los buenos traductores, colaboran a la hora de buscar distribuidor, se reúnen en congresos.La unión hace la fuerza. Es la única salida para competir en un mercado plagado de novedades y en el que mandan los grandes grupos, y donde si algunas editoriales independientes, ya clásicas, han sabido mantenerse ha sido por su inmejorable olfato y buen hacer.

 

02 de mayo de 2008

EL ARCA EN EL BLOG BUSCANDO A SYD

El Arca


Salvador Luis –peruano, entusiasta de las letras– me invitó a participar en un proyecto editorial de lo más divertido, un libro llamado El Arca, cuajado con la mexicana Cecilia Eudave. Una antología en donde se convocó a una treintena de escritores hispanoamericanos más o menos jóvenes, a cada uno de los cuales se le fue asignada una letra del abecedario y se le pidió que hiciera un cuento que girase en torno o aludiera a un animal cuyo nombre empezara con la letra asignada (así por ejemplo en la letra Y del bestiario encontrará el lector un relato con una Yegua). Pero no todos los animales escogidos son reales; muchos son completamente imaginarios; algunos ni siquiera son animales.


Tanta libertad dada a los participantes es la que dio al fin el resultado: un libro fresco, que cumple con mostrar lo que los escritores emergentes –no por ello necesariamente bisoños– de Latinoamérica están haciendo. Así que este abecedario–bestiario tiene otra función alterna, quizá no consciente: reunificar aquel espíritu literario continental que ya se había perdido, y de la cuál ya sólo fue quedando un eidolon de magras dimensiones, dinamitado por demás en multitud de fragmentos incomunicados. La aglutinación no es algo que pueda darse artificialmente. Es preciso pegar los pedazos con ternura editorial.

Me pidieron un cuento, a pesar de que ya no había espacio en la antología, es decir que ya todas las letras estaban tomadas, así que inventaron eso de un cuento–polizón, lo cuál me cuadra perfectamente, porque yo siempre me he sentido polizón en esta puta vida, un ilegal, y un arrimado. Pero en este caso, soy un polizón a quien han tratado como capitán, lujosamente. El cuento que mandé es correcto, aunque contiene un gravísimo error… que no voy a revelar.

Columna publicada el 10 de abril de 2008.
http://buscandoasyd.blogspot.com/2008/04/el-arca.html


 

02 de mayo de 2008

LAS VENTAS y EL FESTIVAL DE MICROEDITORIALES

Después de ya cinco meses que pusimos El Arca a disposición de Uqbar para que lo distribuyera, de algunos medios para que lo comentaran y de preguntar en algunas librerías cómo ha sido la recepción, podemos decir que hemos vendido el 10% de nuestra tirada. Puede sonar como si fuera mucho, pero sólo sacamos 300 ejemplares y 50 se fueron a cada uno de los autores y los compiladores, a los medios de prensa y alguno que otro amigo a quien Carlos y yo, Mónica, quisimos regalarle estos cuentos. O sea, hemos vendido como 30. No es difícil imaginar por qué algunas editoriales buscan libros que vendan para poder subsistir; a pesar de esto, simplemente no nos da nada de placer seguir viendo ese tipo de cosas en el mercado y creo, por lo menos por ahora -uno nunca puede prometer cosas como esta para el futuro, tal vez cómo cambie uno, cómo cambien las cosas, cómo cambie el mundo-, que no publicaremos cosas como esas que detestamos ver en los anaqueles de las librerías.
La pregunta es ahora qué podemos hacer para dar más salida a El Arca y a las próximas novedades que vienen a mitad de año y que inaugurarán nuestra colección Reserva. Por lo pronto nos concentramos en sacar adelante un proyecto junto al Centro Cultural de España, un Festival de Microeditoriales, que quiere aunar a las pequeñas editoriales chilenas de literatura y a alguna que otra de Latinoamérica. Por lo pronto invitaremos a una de Argentina, una de Perú y una de Bolivia, con la posibilidad de que vengan algunas de Uruguay y México. Es extraño, eso sí, que este Festival de Microeditoriales sea una iniciativa que nace desde el Centro Cultural de España. España, justamente. O tal vez no lo sea tanto; será porque este tema -la autogestión, posturas abiertas y antimercantiles- ya permite discusión pública en ese país y tal vez por la calidad de la gente que trabaja y propone en estos proyectos en el CCE de Santiago. Por lo pronto, estamos trabajando con Natasha Pons, una artista visual y gestora cultural. Tenemos altas expectativas puestas en este Festival, y también el temor de que el desgano, tan chileno, y la falta de discusión, también tan típico de algunas personas del ámbito literario de nuestro país, no nos permita conseguir lo que queremos: revisar experiencias de las microeditoriales en Chile y Latinoamérica, con datos duros y opiniones fuertes sobre lo que aportan a la literatura y al ámbito cultural del país. Y tal vez, si el amor que le pongamos todos a esto lo permite, podamos proponer cosas que hacer en el futuro para hacer que las microeditoriales perduren y nos sigan deleitando con esos verdaderos fetiches en que convierten la forma y el contenido de un libro.

 

21 de abril de 2008

EL ARCA EN EL BLOG HIJO DE CHUCK NORRIS:

Haciendo arcadas


Hace unos cuantos meses, ya perdí la cuenta (bueno, en realidad perdí los correos electrónicos de esa fecha, que hubieran fingido una buena memoria), me invitaron a participar de una antología iberoamericana de relatos.

Pero no era una antología de las fáciles; no alcanzaba con responder el mail adjuntando alguna pieza de garbage escrita hace tiempo. Esta vez tenía que ser una nueva pieza de garbage. ¡Y aún peor! Había condiciones, porque era una recopilación temática.

Titulada «El Arca», daba a cada uno de los participantes una letra del abecedario, y al mejor estilo tutti-frutti, el favorecido debía escribir un cuento «inspirado en un animal real, ficticio o mitológico». No era necesario que protagonizara la historia, pero «debía ser mencionado claramente al menos una vez», según cuenta el blog promocional.

Sí, casi dos años en un portal de noticias me convirtieron en un citador profesional.

Como todo proyecto asmático (esfuerzo hecho a pulmón) tuvo sus idas y venidas, hasta que sobre finales de 2007 y principios del corriente se confirmó la salida de las ediciones chilena y peruana de «El Arca».

Por aquellos lares ya tuvo una linda recepción, sobre todo por la presencia de escritores de esos mismos lares recién mencionados (o sea, aquellos). Esos primeros recortes de prensa, además del prólogo completo, pueden encontrarse en la dirección electrónica
http://elarcabestiario.blogspot.com.

Allí mismo pueden descargarse un pdf con tres cuentos de manera promocional. Quién lo hubiera dicho, el mío es uno de esos tres. Así que descubrirán rápidamente que me tocó la letra i (poca liga) y que mi historia se titula con la elección más fácil (seguro que si jugáramos tutti-frutti ponemos todos lo mismo). De cualquier manera le busqué la vuelta… o mejor dicho, esa fue la única vuelta que le encontré.

Un lindo cuentito que será refritado como corresponde, cuando llegue el momento.

¿Por qué recordar este proyecto justo hoy? Bueno, porque me llegó una copia de la edición chilena. Con tanta era del e-miel, había olvidado lo lindo que se siente recibir correspondencia que no sean cuentas. Aquí está, éste es:

La foto es una garcha porque la saqué con un teléfono. De tubo.

Completando con información que pueden encontrar en el blog, pero que quizás alguno sea muy vago como para cliquear, les dejo la lista de participantes. 29 letras, más una ficción dedicada a Noé y otra a un animal polizón.

LAS AGUAS ABISALES Carlos Labbé (Chile)
LA ARAÑA Norberto Luis Romero (Argentina)
LOS BENTEVEOS Rosalba Campra (Argentina)
EL COCODRILO Eva Cabo (España)
LOS CHANCHOS Leonardo Valencia (Ecuador)
EL DELFÍN Ricardo Sumalavia (Perú)
EL ESCARABAJO Víctor Montoya (Bolivia)
EL F Efraim Medina Reyes (Colombia)
LOS GATOS Álvaro Bisama (Chile)
EL HARFARTUS Vizania Amezcua (México)
LA IGUANA Ignacio Alcuri (Uruguay)
LA JACA Carmen Camacho (España)
EL KOALA Mayra Santos-Febres (Puerto Rico)
EL LEÓN Alberto Chimal (México)
EL LLULL Viviana Paletta (Argentina)
LAS MARAS Mara Aguirre (Argentina)
LA NADA Claudia Ulloa Donoso (Perú)
LOS ÑAÑARAPUS Cecilia Eudave (México)
LOS OSOS Pedro Cabiya (Puerto Rico)
EL PULGÓN Claudia Apablaza (Chile)
EL QUIRÓPTERO Ricardo Silva Romero (Colombia)
EL RINOCERONTE Carlos Bustos (México)
LA SERPIENTE Jacinta Escudos (El Salvador)
EL TOPO Rosa Elvira Peláez (Cuba)
EL UNICORNIO Mónica Belevan (Perú)
LA VÍBORA Marcial Fernández (México)
LA W Edmundo Paz Soldán (Bolivia)
EL XANTI Salvador Luis (Perú)
LA YEGUA Elena Medel (España)
LOS ZANCUDOS Alejandro Zambra (Chile)
POLIZÓN: LA RUINA QUE VINO A SARA Maurice Echeverría (Guatemala)

A riesgo de quedar como un alcahuete (y me la banco), agradezco a Cecilia Eudave y a Salvador Luis, compiladores de la obra, por la confianza (¿miopía?) demostrada.

VEANLO EN: http://hijodechucknorris.blogspot.com/2008/02/haciendo-arcadas.html

 

28 de marzo de 2008

El Arca en revista Plagio

Nos salvamos juntos

por Izaskun Arrese
24.03.2008
Cecilia Eudave y Salvador Luis compiladores El Arca. Bestiario de ficciones de treintaiún narradores hispanoamericanos Sangría, Chile, 2007, 279 págs.

De un tiempo a esta parte el discurso sobre el calentamiento global y sus nefastas consecuencias se ha instalado en la cotidianeidad de las personas. En un escenario donde el fin del mundo pareciera estar a la vuelta de la esquina, no es de extrañar que surja un sentimiento apocalíptico en la población, y que consecuentemente este sentimiento se perciba también en el arte.

Surgen entonces ciertas iniciativas salvadoras. Como la de un grupo de escritores hispanoamericanos que, al igual que Noé, decidieron construir un arca para sobrevivir y por supuesto, trascender. Si bien en este caso no es Dios quien los exhorta, sí están guiados por algo bastante parecido a la divinidad, la palabra.

Esta especial arca adquirió la forma de una antología de cuentos, donde a treintaiún escritores hispanoamericanos se les pidió escribir una narración por encargo. En uno de los prólogos se señalan las reglas que debieron seguir los autores: “1. elegir un animal real o engendrar una criatura ficticia a partir de una letra del alfabeto; 2. el personaje del relato no tiene por qué ser el animal elegido, el enfoque puede ser oblicuo, y 3. la trama, la temática y el estilo son absolutamente libres”.

Detenerse en cada uno de los cuentos que conforman este bestiario es tarea larga, sobre todo por las distintas formas de abordar el pie forzado que asumió cada autor. Sí se puede hablar del resultado final y de los elementos unificadores y comunes.

La participación de los animales en El Arca es bastante variada. En “Cocodrilos” son absolutos protagonistas; en cambio en “Delfín” son simplemente una insignia en la bandera de un niño scout; pueden actuar como adjetivo y ser el sobrenombre de un individuo al que llaman “Koala”. En “Chanchos” los animales están humanizados, y en “Arañas” tienen una conexión sobrenatural con los hombres. También hay seres humanos que en vidas pasadas fueron animales, como en “León” y “Jaca”.

Si bien los cuentos son distintos entre sí, globalmente hay un algo que los asemeja y que lamentablemente produce cierta monotonía. Por ejemplo, el tono mítico y profético es algo que se reitera. Por otra parte, y quizás en relación a la temática animal, tan propia de las narraciones para niños, en varios se percibe un incómodo tono infantil. Hay un par que pretenden ser existenciales y profundos, pero al final no consiguen ni lo uno ni lo otro.

Al estar relacionadas con la temática animalesca, es inevitable que algunas de estas narraciones tengan rasgos de parábola y fábula. El problema está en que por algún motivo, justamente estos cuentos son los menos logrados, algo no calza y resultan un poco falsos y fuera de tiempo. Si no fuera por la necesidad de incluir cada letra del alfabeto, algunos textos podrían haber quedado fuera sin problemas.

Es necesario señalar que también hay elementos que se repiten, pero que contribuyen a enriquecer y dar vida a los relatos, además de alentar a seguir leyendo. Sumamente atrayentes son la sordidez y oscuridad inesperada de algunas narraciones, como “Yegua” y “Benteveo”, también la ironía y el humor de “Iguana” y “W”.

Por otra parte, el tema impuesto parece haber sido una gran dificultad para algunos de los autores, para otros en cambio fue una excusa perfecta para mostrar su talento y crear una narración de gran valor. Algunos de los puntos culmines de la antología son “Benteveos” de la argentina Rosalía Compra, “Gatos” del chileno Álvaro Bisama, y “Osos” el puertorriqueño Pedro Cabiya.
Aunque no queda claro el criterio que primó a la hora de escoger a los escritores, un aspecto valioso de esta antología es que sin duda es un muy buen muestrario de autores, que contribuye a demostrar que lo hispanoamericano se define en gran medida por la diversidad. Es sin duda, una buena ocasión para descubrir y adentrarse en la pluma de escritores que de otra forma sería poco probable conocer.

Por último, en el marco de las crisis fronterizas y diplomáticas que viven los países latinoamericanos, El Arca se transforma en una especie de utopía, pues en ella conviven las distintas nacionalidades sin ningún problema ni enemistad. Hay un rol social que no está en los relatos, sino en el hecho mismo de antologar y optar por la acción.

Del valor futuro de esta antología, sólo podrá hablar el tiempo.

 

04 de febrero de 2008

EL ARCA EN DIARIO LAS ÚLTIMAS NOTICIAS DE CHILE


 

04 de febrero de 2008

Recién comienza

Fue rápido: la propuesta, la llegada de los cuentos, editarlos, conseguir la plata, mandarlo a la imprenta, hablar con un distribuidor. Lo que tomó más tiempo fue la decisión de tomar este tren, el de la editorial.
Hace ya tiempo estábamos tentados con una idea como esta; tal vez desde que empezaron a aparecer frente a nuestras narices libros de un contenido deseable, pero en una envoltura empolvada y ruinosa. No me acuerdo qué día fue que tomamos la decisión, pero sé que al día siguiente llegó un correo-e de Salvador Luis a la casilla de Carlos inquiriendo sobre qué editorial podría estar interesada en publicar esta compilación en Chile. Nostros sabíamos de El arca, porque Carlos había sido invitado a participar en ella. Así que él mismo ofreció nuestra editorial, que aún no existía legalmente, sino en nuestras cabezas.
Y ahora, sólo cuatro meses después, está el libro editado en nuestras manos; en algunas librerías chilenas; por correo regular, camino a las estanterías de los libros de los autores de los cuentos, y ya en treinta o cuarenta casas de lectores que se tentaron con la portada y el contenido.

 

04 de febrero de 2008


 

03 de enero de 2008

Primera entrada, pero no primer día de Sangría

Paradójicamente, el editor de textos donde escribo esto no permite la sangría entre párrafos. Partiremos imaginando que el espacio entre párrafos en realidad es un elegante vacío antes de la primera palabra, un vacío donde sobrevolaba el Espíritu.

Sangría Editora existe desde el día en que, cansados de que nos miraran con el entrecejo cuando proponíamos publicar una fascinante novela del año veinte los mismos que nos pagaban tarde, mal y nunca para después decir que nuestro trabajo estaba lleno de erratas, decidimos la Moni y yo hacernos cargo de nuestro propia casa editorial. Como quien dice: es mejor comprar una casa que arrendarla, además que podemos llevarnos este techo a donde quiera que vayamos.

Luego vendría Joaquín, el diseñador y artista. Ya hablaremos de él.

Ayer estaba durmiendo y me desperté a las cinco de la madrugada con una idea: esta, un diario de edición. Hoy esperé tener algo de tiempo libre y escribo: este es el diario de una editorial, Sangría Editora. Acá escribiremos sobre el nacimiento, vida y muerte de los libros en que trabajamos, y también del más allá de ellos, confiados en que ser editor no es ser empresario, sino autor. Sangría, ya saben, es un antiguo remedio. También lo que hace que nuestros ojos respiren y, sobre todo, ese lugar del brazo tan tocable como sensible que está en el reverso del codo.

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